Capitulo 7.- Amanecer

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Kirishima constantemente se repite que es una mierda de persona, constantemente se critica de una manera horrible delante del espejo. A bajado mucho de peso pero no tanto para que se le noten los huesos, vive en silencio escuchando música y observando en las noches las estrellas.

Hasta ahora no a consumido algún antidepresivo, el tampoco entiende el motivo del porque no lo hace, supone que ya se está acostumbrando a su nueva vida.
Comenzó desde que que estaba en segundo de secundaria, no fue únicamente por las críticas hacia su cuerpo si no por muchas más cosas. Hoy comenzaba su segunda semana de escuela de su segundo año en la preparatoria, su humor era el mismo desde que despertaba.

Daba unas cuantas vueltas en su cama para finalmente mirar el techo por unos segundos y soltar un suspiro. A este paso su vida estaba escapando lentamente.

—Solo un día más Kirishima— susurró para finalmente levantarse de su cama.

Aún no amanecía pero él tenía que estar listo.
Sus pasos eran lentos y perezosos, su primera visita fuera de su cama era el baño.

Y los días siguen siendo grises y obscuros.

Finalmente terminó de arreglarse no sin antes cargar su mochila, tomar su celular con sus audífonos y salir de su habitación.
Pasó rápidamente a la cocina para tomar una simple manzana, la comió rápidamente para después depositar lo que no había comido en la basura orgánica. Finalmente salió de su casa no sin antes cerrar con llave y colocarse sus audífonos y reproducir una canción en específico.

Tenía mucho tiempo para llegar a la escuela, todavía la luz del sol no se daba a conocer y el deseaba que el día terminará pronto. Las caminatas escuchando música eran una especie de relajamiento para esos días crudos y sombríos de el. Podía notar que aún no había muchas personas en la calle, ni automóviles que le obligarán a prestar atención al caminó, solo se podía escuchar el ruido de sus pisadas en el pavimento.

Canción, tras canción hizo que su caminata hacia el puente que debía cruzar fuera breve. Se detuvo a mirarlo antes de seguir avanzando, soltó un suspiro y acomodo su mochila para seguir andando.

El frío lo golpeó haciendo que sintiera un escalofrío, la corriente de viento no había sido tan grande pero lo hizo sentir extraño.

«¿Y cuál es el punto de mantenerse fuerte?
¿Y cuál es el punto de continuar?

Se quitó los audífonos para guardarlos en su pantalón donde estaba su móvil. Estaba a la mitad del ouente para llegar al otro, se encontraba justamente pegado a los barandales. Observó detenidamente al este donde el sol aún no hacía su aparición.

«No lo hagas»

Escuchó a su subconsciente que trataba de alejar esos pensamientos tontos que lo conducían a cometer una locura.

Dejo su mochila en el suelo para pasar sus piernas por el primer barandal de abajo de la seguridad. Agradecía que no había nadie para impedirle hacer lo que estaba haciendo.

—El aire es el mismo— murmuró.

Tomo un poco de aire.

Se sentó en el segundo barandal y se aferró al tercero con ambas manos. El metal estaba frío, demasiado frío que sentía sus manos congelarse pero no le importaba.

Miro el agua que pasaba debajo de él, no la podía distinguir del todo pero sabía que se encontraba ahí.

Cerró los ojos y soltó un suspiro.

NO ESTÁS SÓLO [BakuShima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora