A la Espera de la Luz (AEL1)

Capítulo 1

Actualidad
1 junio
2018

Bia≈

Me desperté gracias a que el maldito despertador sonó, haciendo que me cayera de la cama con todo y sábanas.

¡Ay que dolor!

Me levanté del suelo y me encaminé a darme una  ducha.

Al salir me fijé en la hora, si no me apuraba llegaría tarde.

Bajé las escaleras de dos en dos, preparándome mentalmente para el sermón que la profesora Green me daría acerca de las llegadas tardías y sus repercusiones en la nota.

Grité lo suficientemente alto para que me oyeran hasta los vecinos pero nadie contesto, lo que significaba una sola cosa.

Papá y mamá otra vez se fueron.

Busco la típica nota en la nevera, con las mismas palabras de siempre.

Bia cariño, viajamos a Las Vegas por trabajo pero volveremos lo más pronto posible. Te queremos.
Atte: Mamá y papá.

¡Genial! Otra vez en Estados Unidos ¿Qué tenía la gente de allá con contratar editoriales extranjeras? Vale, eso no era lo que me molestaba, era el hecho de que la empresa siempre mandará a las mismas personas, mis padres.

Para mi pésima suerte, mamá era una gran Licenciada en Idiomas y papá un exitoso Profesor de Literatura. Las Editoriales Un livre Un monde no iban a desperdiciar algo así.

Dejo la nota en su lugar y salgo de casa, al estar fuera es que me doy cuenta del mal tiempo, el cielo está lleno de nubes grandes y de un color gris, dando a entender que pronto lloverá.

Me debato en entrar a buscar un suéter y arriesgarme a llegar tarde o irme y conseguir la nota necesaria para pasar el semestre.

La respuesta es tan rápida que ya me encuentro corriendo hacía el auto para llegar a tiempo a las clases de Green.

~

La clase estaba por terminar solo faltaban 15 minutos para poder ir a la cafetería, necesitaba un buen café. Al contrario de mis amigas, yo sí debía llevar clases extras, había bajado mucho mis notas el año pasado y este año tenía que recuperarme.

Había que admitirlo mis amigas eran las típicas superficiales. Guapas, con un cuerpo de envidia, huecas y algo tontas.

Pero llevaban sus notas a flote todo el tiempo, pero no siempre por méritos propios. Deylis y yo somos las únicas que tienen más interés en estudiar, que en cuál es la nueva moda o de que color me pinto las uñas.

Además de Monik que se la pasaba pensando en que locura meterse o a quien se tiraría.

Cuando la Profesora Green dice que podemos irnos, no espero ni un minuto para salir de allí y dirigirme a la cafetería por ese delicioso café.

Voy a la ventanilla y pido un combo mágico como le decimos mis amigas y yo, cuando en realidad es un portavasos de seis, con nuestras bebidas favoritas y una cajita llena de pastel de chocolate.

Camino hacia nuestra mesa, la sonrisa que se mantenía en mi rostro se esfuma apenas lo veo.

Harry Ford