A la Espera de la Luz (AEL1)

Prólogo

9 Noviembre
De 1997

Dentro de las habitaciones se oían gritos, mientras afuera dos hombres esperaban impacientes la llegada de sus hijos.

Uno de aquellos hombres era un ser de la noche, un gran vampiro que estaba en contra de las reglas de su especie.

El se rebeló en contra de sus semejantes por amor, por amor a esa hija de la luz, una ángel, caída del cielo por no acatar las órdenes de su Dios.

El otro hombre tenia el papel invertido, él y su compañera de misiones eran ángeles, que habían caído a la tierra por querer buscar eso llamado amor.

Ahí conocieron a sus parejas, pero ninguno de los dos lados estaba de acuerdo con ese amor, a lo largo de los siglos nunca se había conocido algo así.

Nunca se habían visto juntos a los hijos de la noche con seres de luz, pero ellos habían roto esa regla por lo que ellos y los que estaban de su lado fueron exiliados.

Ahora sus esposas estaban dando a luz a sus hijos.

En ese momento salieron sus esposas con sus primogénitos, pero traían en sus rostros una mueca de preocupación.

- Calisto, Vartolo, ustedes saben que si se entera que han nacido, los matarán - dijo una anciana que estaba en el a esquina, mientras miraba a los hombres abrazar a sus esposas.

- No vamos a permitir que eso pase - dijo Rox la vampira mirando a Calisto.

- Tiene que haber una solución - dijo Vartolo mirando a la anciana.

- Y la hay, tenemos que alejarlos de nosotros - decía Lus la esposa de Vartolo, con lágrimas en los ojos.

En ese instante decidieron que uno de sus hijos debía saber la verdad, para que después se reuniera con el otro.

La anciana observaba a los bebés, en ese momento se dio cuenta de que a los niños los unía un hilo que en el momento indicado los uniría.

Pero no sabía si los niños, más adelante aceptarían ese destino.

- Debe de ser el hijo de Vartolo el que sea escondido- Decía Calisto.

- No - decía la anciana, ellos la escuchaban expectantes - Tu hija Calisto, debe desaparecer.

Vartolo se estaba preparando con Lus para irse, ya no podían seguir allí.

Tenían que llevarse al niño para enseñarle su misión.

Calisto y Rox se despidieron de su hija, para dejarla en manos de un amigo cercano, que no era de ningún bando.

Un Brujo, llamado Julian.

Que también tenía a cargo cuidar a los otros niños que estaban en peligro.

Uno de ellos, su hijo como el le decía, ese niño en realidad no era su hijo pero lo quería como a uno.

El niño era hijo de una gran amiga.

Vartolo con Calisto, habían ideado un plan, ya que sabían que los terminarían encontrando para matarlos.

Debían saber que sus hijos estarían a salvo.

Julian se llevaría a la niña a una casa de humanos con un hechizo que ocultara todo con respecto a su procedencia.

Cuando el hijo de Vartolo tuviera diez años se iría a vivir con Grajham para que lo ayudara a cumplir su misión.

Todos se fueron al caer el atardecer, pero nadie se percató del espíritu maligno que los observaba.

*******

El demonio hacia una reverencia a su mayor que lo observaba con el rostro neutro.

- Habla demonio de las tinieblas - decía Bastian, el hijo menor de Lucifer.

- El ángel caído y el vampiro rebelde han tenido hijos, el ángel a tenido una niña y el vampiro un niño, pero no son como cualquier vampiro o ángel, son diferentes.

Oír eso hizo que al hombre se le encendiera el alma en ira.

- Sulen!!! - gritó.

- Que pasa? - respondió una chica con dos niños en brazos, ella era una vampira que vendió su alma a aquel ser de la oscuridad.

- Esos Ángeles Caídos y los Vampiros morirán pronto y mis hijos terminarán mi venganza.