Preludio de amor [Tomco]

2.

El lugar era tal cual se lo imaginaba marco, un gran bar que a simple vista no aparentaba la gran cosa, pero que al parecer era un sitio muy popular porque la fila para entrar daba vuelta a la esquina. Cuando llego su turno dos gorilas en la entrada revisaron las identificaciones, uno de los gorilas miro a Marco de pies a cabeza, el moreno llevaba un pantalón de tela negro, una camisa blanca manga larga recogida hasta los codos y con un par de botones abierta (sugerencia de Star porque el moreno iba muy elegante al sitio) mocasines y unas gafas de sol ¡Gafas de sol en medio de la noche! algo patético a decir verdad, pero de nuevo, sugerencia de su amiga.

El gorila en la entrada reviso de nuevo la identificación, (no era una amiga, más bien un amigo muy especial de Star quien se las había dado) y con el ceño fruncido tomo las boletas y dejo pasar al par de amigos. Adentro el sitio cambiaba totalmente y no se podía creer que fuera el mismo cuchitril que se veía desde afuera.

La música sonaba tan fuerte que podía llegar a romper los tímpanos, pero al parecer a nadie le importaba realmente, había una gran pista de baile iluminada por luces de neón, muchas personas apretujadas en el sitio bailando, a un lado de la pista se encontraba un gran mesón que suponía era el bar y en el centro de la pista una tarima que giraban en 360° en donde se encontraba el dj.

Habían unas escaleras que conducían al segundo piso en donde se encontraban grandes sillones con mesas en medio donde la gente podía conversare porque la música no sonaba tan fuerte en ese sitio, habían varios camareros que atendían el sitio trayendo lo que necesitaran las personas.

Desde allí se podía ver a la gente bailar, la mayoría traían la cara pintada con colores de neón, los brazos las piernas, o llevaban manillas brillantes que hacían ver el sitio, como un mar de colores. Marco quedo sorprendido ante tal imagen, pero rápidamente sacudió la cabeza y se recostó en el sofá mirando a su amiga.

─Dame "una rosa salvaje " y un "centro de la fiesta" por favor─ la voz de Star conversando con el camarero hizo que Marco volteara a mirarla. La rubia le guiño un ojo a muchacho y Marco la observo con los ojos bien abiertos.

─Tu, estabas coqueteando con el mesero─ dijo en tono de burla a su amiga.

Esta se encogió de hombros y rodeo la mesa sentándose al lado del moreno y pasando un brazo alrededor del hombro de este.

─Te falta conocer tanto de la vida Marco Díaz─ la rubia suspiro y luego puso una mano en el pecho que estaba descubierto del moreno y empezó a moverlos lentamente hasta tomar la barbilla de este ─.Sabes, desde que regresaste he querido decírtelo, te has puesto bien guapo, eres definitivamente mi tipo Marco Díaz.

En vez de que sus colores subieran a sus mejillas, este empalideció y se retiró rápidamente de la rubia. Star rió ante la reacción del moreno, quien la miraba asustado y tapándose el pecho con las manos.

—Es broma Díaz— la rubia se acercó al mencionado y le quitó las manos del pecho —. Oscar debe estar esperándome abajo, así que disfruta, baila, no sé...— el mesero llegó con los tragos y Star le entrego "rosa salvaje" al moreno tomándose el otro de un solo aventón — hoy van a tocar unos chicos súper buenos, deberías bajar, para que puedas escucharlos mejor.

Dicho esto, Star miro sus uñas y bajo corriendo perdiéndose entre la multitud. Marco observó la copa burbujeante sobre la mesa, venía decorada con una fresa que se le hizo un tanto tierna, la tomo entre sus dedos y se la llevó a sus labios. Estaba amarga, quizás estaba impregnada de alcohol. Dijo que era suficiente para él, no toleraba mucho el alcohol, así que dejaría el trago a un lado, miraría a las personas desde la comodidad del sillón en que se encontraba y después bajaría a buscar a Star para avisarle que se iba.

Bueno, como todo en la vida de Marco últimamente, nada podía salir como él se lo planeaba. Y todo empezó con esa fresa impregnada de alcohol.