You belong with me-#KOOKMIN

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Esta vez se sentía un tanto mal.

No por no entender matemáticas o porque Seokjin se comiera su almuerzo.

Jungkook no había tomado su mano al ir a casa. Conversaron como si no ocurriera nada pero podía sentir algo extraño en su comportamiento.

Quizás había peleado con Momo otra vez. Siempre que eso sucedía se veía algo decaído.

Sí, eso debía ser.

Tomó el sándwich con el café latte y se dirigió a la mesa diez.

- Aquí está su orden, señor- sonrió- ¿Desea algo más?

- No, así está bien jovencito. Gracias.

Hizo una pequeña reverencia, antes de hacer el ademán de volver a la barra, deteniéndose debido al nuevo cliente examinando el lugar con superioridad. Cuando encontró la mirada de Jimin, sonrió de lado y se sentó en una mesa vacía.

- ¡Meserooo!- dijo alegre- ¡¡Aquí, enano!! ¡Vamos, tengo hambre~!

Las chicas se encogieron de hombros, como diciéndole: "Clientes son clientes". Jimin viró los ojos y se acercó a él a paso lento.

- Hola~- habló sonriente.

- Hola, ¿lo mismo de ayer?- preguntó.

El chico frunció el ceño levemente sin mirarlo a la cara, parecía observar su camisa por lo que Jimin instintivamente la vio también.

- ¿Está sucio?- preguntó intentando encontrar alguna mancha.

- Así que tienes nombre de niña, ¿eh, Jimin?- sonrió recostándose en el asiento.

Sí.

Ese día le entregaron aquella placa plateada con su nombre, y no pensó en tener problema alguno con ella hasta el momento.

- Me gusta mi nombre- bufó- ¿Vas a ordenar o no?

El chico levantó las mangas de su camiseta y asintió.

- Lo mismo de ayer.

Jimin estaba a punto de darse la vuelta cuando el pelinegro volvió a hablar.

- ¿Y tú qué vas a pedir?- preguntó revisando su celular.

- ¿Disculpa?- dijo dándose la vuelta.

- Que qué vas a pedir.

Jimin negó confundido.

- No entiend..

- Te estoy invitando un café, enano- sonrió.

El de cabellos naranjas rió bajito antes de acomodar sus lentes rápidamente.

- Mhm....No lo creo, amigo- dijo apoyándose sobre su pierna derecha- Estoy trabajando por si no te has dado cuenta.

- No hay clientes, creo que puedes tomarte un rato libre.

Las chicas parecían estar más pendientes a ellos que tomando las pocas órdenes restantes.

- ¿Por qué debería hacerlo?

- No lo sé- se encogió de hombros- Es solo un café, ¿qué clase de persona se niega a un café?- hizo una mueca de indignación que casi hace que soltara una carcajada.

Jimin miró hacia la barra, específicamente a todas las chicas amontonadas en ella asintiendo como enfermas.

Puso los ojos en blanco y regresó la vista al muchacho tatuado.