Capítulo I

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El timbre de salida sonó. Sí. Al fin. Fue el lunes más largo que había tenido Julia desde que empezó a trabajar en la escuela. No era que no le gustaba enseñar en esa institución, al contrario, hacia mucho quería hacerlo, pero los lunes, como para cualquier ser humano normal, eran los días más largos de la semana.

Su paso hacia la salida era firme. Se iba sola, no conocía a muchos profesores todavía y además el horario ya era tarde, pero su caminata fue interrumpida por nada más y nada menos que la directora.

-Necesito hablar con vos un minuto, ¿podes acompañarme a la oficina?-

Le contestó amablemente que sí, pero no pudo evitar desconfiar de lo que iba a suceder. Al fin y al cabo, era su jefa la que la estaba llamando a hablar a solas y hace a penas dos semanas comenzó su trabajo allí, cualquier cosa podía pasar.

Se sentó frente al escritorio y trató de no pensar en cosas malas, mientras la mujer comenzaba a hablar.

-Como vos sos profesora de química, y hasta ahora no tenemos ninguna queja para hacerte, ¿te gustaría tomar las horas de laboratorio? Seria ideal porque son horarios que no tenes ocupados, ¿qué te parece?

-Me me... encantaría, me toma por sorpresa la verdad, pero... no tengo listo que voy a darles a los alumnos, ¿cómo hago?

-Con eso no te preocupes, vos vení a la tarde que tu compañero te va a ayudar.-

¿Compañero? ¿En serio?" Fue en lo único que pudo pensar.

- ¿Qué decís entonces? ¿Aceptas?

-Sí, pero dejeme que pruebe primero por favor.

La charla había terminado y Julia ya estaba tranquila en su casa, sin embargo, la palabra compañero seguía en su cabeza y la inquietaba bastante. No le gustaba eso de compartir horarios con otro profesor porque ya había tenido una muy mala experiencia en el último colegio en el que trabajó. Superarlo le costó tiempo y muchos esfuerzos, no estaba segura de si podria enfrentarse a algo parecido, es por eso que le pidió a la directora que fuese solo un tiempo de prueba, pero obviamente sin darle detalle alguno.

***

Esa misma tarde, llegó bastante temprano porque quería asegurarse bien de como manejarse, y si tenían que explicarle las cosas, esperaba que también su nuevo compañero llegara antes para que lo haga.

Pero fue todo lo contrario. Restaban pocos minutos para que los alumnos entraran y la única persona en ese laboratorio era ella. El nerviosismo que sentía se notaba, pero no quería que se apoderara de ella. "Estas exagerando las cosas." pensó "Es solamente una nueva hora de clase, calmate". Hacía mucho tiempo no se sentía de esa manera, estaba en su lugar en el mundo (como a ella le gustaba llamar a cualquier laboratorio), pero se sentía pequeña y llena de miedo.

Sin esperarlo,  escuchó que alguien abría esa gran puerta y entraba.

El profesor al que había estado esperando estos minutos entró y la saludó mientras se dirigía hacia el escritorio donde se encontraba y acomodaba sus cosas.

-Buenas tardes.- Le sonrió y le tendió la mano amablemente.
Era joven, Julia se podría atrever a decir que era más joven que ella, pero no queria precipitarse, y a pesar de que no era muy alto, pudo distinguir a simple vista que su presencia no pasaba desapercibida en ningún lado.

-Hola, un gusto.

-¿Vos sos...?

-Julia, ¿no te dijeron que venía?

-Julia, soy Matías. Si, si me dijeron que venias, pero no me dieron muchos detalles, bueno, acá casi nunca te dan muchos detalles.- Se rió simpático, y ella no pudo evitar hacer lo mismo.

- Justamente, como dijiste, no me dieron muchos detalles, por eso quería hablar con vos para que me lo expliques antes de empezar.

-No te preocupes, mientras se desarrolla la clase te explico todo.-

Terminó a frase y los alumnos entraron, Matías ya los estaba saludando, pero ella, por una extraña razón, seguía sin poder parar de mirarlo.

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