Zalir es una demonia prácticamente desconocida por los baluartes de la demonología, tal vez a causa de su función: gobernar sobre las relaciones lésbicas.
Zalir protege con verdadera devoción a sus discípulas, a quienes adoctrina en cuestiones relacionadas con el derecho a la identidad y sobre todo a elegir legítimamente el objeto del deseo.
Su amor y ternura exceden lo estríctamente carnal, aunque las crónicas medievales afirman que su deseo es incansable y que es capaz de llevar a la muerte por agotamiento a sus amantes.
Las leyendas sostienen que Zalir no establece ni discrimina a sus amantes basándose en la edad y la belleza. Todas las mujeres, jóvenes o ancianas, integran para ella un ideal femenino irresistible.
La variedad y la sutileza de lo femenino encuentran en Zalir no solo una devota fervorosa, sino un espejo en dónde reflejarse.
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