Cap 1 •Ataque•

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Soy Alía,una chica común, sin importancia, huérfana y sin un apellido o posición de renombre, tengo una casa que a duras penas se mantiene de pie, con un sinfín de goteras y paredes agrietadas por el paso de los años, puertas que solo se entrecierran ya que están todas colgadas y algunas de madera podridas ya, tenía poco de que mis padres murieran, yo tenía 7 años cuando murieron. Los demás pobladores no me ayudaron a nada, solo unos cuantos hombres de la beta ayudaron a llevar a mis padres a la fosa común, no tenía dinero para un entierro aunque fuera decente, ellos murieron por tuberculosis, mi hermano mayor se había marchado hacia ya 3 años.

Después cuando tenía 8, casi 9 años recuerdo perfectamente la noche del 20 de agosto llantos y chillidos retumbaron por todo el lugar, me levanté del colchón mugriento que tenía y mire por una rendija que daba hacía la calle había fuego por todas partes, mujeres corriendo de un lado a otro con bebés en brazos, niños llorando y gritando por sus madres a mitad de la calle, era un horror, me apresuré a echar en un saco que usaba como morral (mochila) latas con comida que había recolectado de la basura hacia un par de días y otras que había tenido el lujo de comprar con un par de limosna que había recolectado desde hace un par de semanas, al igual que llenaba unas botellas con agua y echaba unos cuchillos y una soga me calce con unas botas (que casi no usaba ya que habían sido un regalo de mi padre y no quería desgastarlas ) pero sabía que me iría para siempre en el mejor de los casos, también eche unas cuantas prendas de ropa vieja que tenía y salí con cautela de mi casa y eché a correr, primero hacia la salida del pueblo pero ahí es donde estaba toda la pelea, criaturas que con sus dientes desgarraban el cuello de los aldeanos los cuales intentaban huir esas eran las criaturas de la oscuridad de las que todos hablaban, eche a correr hacia el bosque en un intento de fuga cuendo alguien me tomó por el brazo y me obligó a volver, era el pastor Willam el me volteo a ver y dijo:

"-quizá si te entrego dejen ir a mi hija-"

Yo no sabia a que se refería el por ser pastor no podía tener hijos según lo que me habían explicado mis padres, pero antes de llegar algo se abalanzó sobre el atacando su cuello yo entre en pánico y salí despavorida de ahí mientras corría hacia la profundidad del bosque  plantas me cortan la cara y brazos, las enredaderas me agarran los pies pero no me detengo, el querer estar viva me impulsa a seguir, el sudor me baja por la cara haciendo que me piquen las heridas de esta. Jadeo tomando un ligero descanso eh intento hacer uso del aire húmedo que parece no tener oxígeno pero en cuento me recompongo un poco vuelvo a salir disparada hacia delante intentando ponerme a salvo, casi a amanecido cuando me detengo por completo hay un lago a unos pasos de mi, caigo de rodillas al suelo, por todo el tiempo que eh estado sola eh madurado mas que cualquier otro niño de mi edad y eh aprendido a defenderme (a la mala claro) pero se como derribar ardillas o pajaritos con un cuchillo, y también se trepar árboles.

Decido quitarme el sudor ya que podría atraer a algunos animales pero antes pongo mi morral con mis cosas aun lado de un árbol y le pongo enésima una rama con varias ojas después me voy metiendo de a poco al lago el cual tenía la superficie bastante inestable por el lodo, cuando el agua me llega a la cintura escucho una voz gritar:

-Está por aya!- .

De inmediato tomó aire y me sumerjo en el agua, escucho como varios hombres pasan corriendo y después un disparo. Estoy quedándome sin aire deprisa y no me queda más remedio que salir del agua pero para mi suerte ya no había nadie y algo me dice que no volverán en un rato más, salgo del agua y me cambio de ropa poniendo esta en una piedra bajo el sol para que se seque después subo con cautela a un árbol que tiene unas ramas bajas y me subo hasta lo más alto que puedo quedando como a 7 metros del suelo me acomodo eh intento dormir cuando despierto es alrededor del medio día o las dos de la tarde, decido que tengo que avanzar más, este lugar no es seguro, como un puñado de cereales los cuales mezclo con agua como si fuera una especie de puré, me calzo para seguir avanzando a paso apresurado por que ¿en algún momento se tendrá que terminar el bosque para dar paso a algún pueblo o civilización no?.

Camino por muchos días más cuando estoy en lo alto de una montaña por fin encuentro un pueblo, el cual es muy pintoresco y hermoso, hay casas coloridas y es muy grande pero entre todo se distingue un inmenso e imponente castillo el cual se alza imponente, una nueva vida me llama no se si para bien o mal pero nada será igual, lo sé, la luna me lo ah dicho.

Hermosa lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora