Prologo

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Cuenta la leyenda que en un pueblito de Europa, existe una vieja y ruinosa casa. Es una casa abandonada, común y corriente, una casa que tiene puertas y ventanas, que alberga ruidos del crujir de la madera y silbidos del viento, cuida de ratas y serpientes, por las noche cobra vida, pues gritos se oyen de su interior, nadie sabe de quién o quiénes, solo conocen ese extraño fenómeno. Los gritos atraen a cierto tipo de personas y quienes se acercan a investigar sus hechos paranormales o solo por casualidad quedan aturdidos el resto de su vida, siempre con la misma expresión facial y el tembleque en las manos, sus piernas rígidas y estáticas.
Nadie sabe que ocurre allí, pues los testimonios son estatuas. Estatuas vivientes que solo pueden respirar y alimentarse, las autoridades del pueblo, la vecinal junto con la iglesia, han dicho y decretado (palabra muy fuerte en estos días) que es imposible derrumbar la casa debido a que es un patrimonio histórico, a decir verdad, nadie sabe desde cuando está allí.
La casa es un misterio tan grande, que han clausurado el ingreso a sus terrenos, una valla impide el paso a unos cincuenta metros de ella, media cuadra, esto no detiene a los curiosos y osados que se filtran con cámaras y grabadoras para develar sus secretos. Una sola persona pudo estar dentro y salir por su cuenta, esta es la historia de esa mujer. Ella se llamaba Serena, y está es su historia.

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