Prólogo

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- Ganke, ¿l~lo escuchaste?- dijo un chico muy asustado.

- M~Miles...- le respondió su amigo debajo de un escritorio-. No debimos venir, fue una pésima idea.

Los chicos estaban escondidos en un laboratorio, se habían ocultado ahí para separarse de su pequeño grupo escolar, los pocos maestros que no se habían desvanecido les enseñaban solo a los chicos prodigio, y Miles era uno de ellos.
Más sin embargo, en medio de la broma que estaban montando Miles y Ganke, una explosión los había alertado, una gran pelea se estaba llevando a cabo al parecer, no sonaba cerca, pero era de tal magnitud que la ciudad retumbó.

- Ganke, asómate, tal vez puedas ver de dónde vine todo...- dijo el chico afroamericano.

- ¿Estás loco Miles? No planeo salir de aquí ni aunque me pagaras.- respondió el chico regordete.

- Oh vamos amigo, tú estás más cerca de la puerta.- insistió el moreno.

Ganke terminó haciéndole caso a su amigo, acercándose a la puerta justo en medio de otra sonora explosión, y cuando tomó valor y abrió, vio una corporación Oscorp, parcialmente vacío, y en movimiento, con la gente saliendo rápidamente del lugar, y en la televisión del lugar, las noticias... una gran pelea en las instalaciones de Los Vengadores.
Lo que Miles no sabía, al asomarse al lugar de su amigo, es que una araña estaba bajando justo donde él se encontraba, una araña que se había escapado por el revuelo causado por las explosiones de la nave gigante salida de la nada, el chico sin saber que tenía un polizón encima, corrió hacia Ganke, quien sostenía su teléfono, viendo hacia la pantalla donde las noticias captaban la pelea.

- Ganke, ¿por qué estás ahí? Corre.- dijo sosteniéndolo de un brazo.

- Miles... hay noticiero otra vez...- dijo sin aliento.

- Nunca dejó de haber, recuerda.- respondió forcejeando.

- Es Jonathan Redford...- y eso hizo que la sangre le helara.

- Miles... estoy recibiendo una llamada de... de mi padre.- dijo con lágrimas en sus ojos-. Volvió Miles... mi padre volvió.

Y de la nada...-. Agh.- se quejó el moreno-. ¿Qué carajos?...- miro hacia el suelo... la araña... su mano... y de pronto, nada.

Miles abrió los ojos horas después... todo estaba en silencio, estaba en una camilla de hospital, a su lado, su madre, Rio Morales, dormida, el chico se levantó, estaba algo confundido, caminó lentamente hacia la TV, sin embargo, se detuvo a mirar por la ventana, el lugar se veía menos abandonado que antes, la ciudad tenía movimiento de nuevo, encendió la televisión.

- Y si, la gente ha vuelto, los que se había desvanecido hace ya cinco años han vuelto, no se sabe ¿cómo? No se sabe ¿por qué? Pero han vuelto, más sin embargo no todas son buenas noticias.- habló con voz quebrada la locutora del programa-. Nueva York y todo el mundo hoy ha perdido... a un gran héroe... Descansa en paz Tony Stark.
Y el chico sintió un hormigueo... eso era nuevo.

Quiero ser normalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora