•Capítulo 7:Nuestro hijo.

13K 835 37
                                    

•••

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


•••

Doy vueltas en la cama sin poder dormir. No tengo sueño y por ende, mi cabeza no para de pensar en mi situación. Ya lloré lo que tenía que llorar y me lamenté de lo que me tenía que lamentar, sin embargo, quedan las preocupaciones. Pero como no gano nada preocupándome, me ocuparé de una vez por todas de este asunto, entre más rápido zanje la conversación que tengo con Elijah, mejor. En definitiva, me pongo de pie con cuidado para no despertar a Lily y salgo de la habitación con mi teléfono en mano. Elijah, me mandó a decir con Lily que lo podía llamar a cualquier hora. Bajo las escaleras para salir del bloque y tomo asiento en una banca que hay cerca.

En lo más profundo de mi corazón siento una sensación extraña, pero agradable al imaginarme nuestro hijo, él y yo juntos. Sonreí negando con la cabeza para desparecer esas imágenes. Es un hombre que muchas mujeres quisieran tener, pero mi razón me dice que con él no se puede tener una familia.

Busco su contacto para marcarle y me entran los nervios e inseguridades ¿Pensará que soy una oportunista? Muerdo mi labio inferior debatiéndome entre llamarle o no. Quizá piensa que soy una oportunista que solo fingió todo el tiempo para conseguir esto.

A la mierda.

Marqué y lo llevo a mi oreja escuchando más el pálpito de mi corazón que el timbre de la llamada. Suena varias veces hasta que por fin contesta.

—Samara.—en su voz se nota cierto deje de sorpresa. Un silencio se hace presente, pues no soy capaz de dirigir una palabra.—¿Estás ahí?

—Si, si.—niego con la cabeza cerrando los ojos.—Es muy tarde, lo siento.—escondí mis labios apretándolos. 

Te dije que podías llamarme a cualquier hora.—respondió.—Creo que lo ideal es que hablemos en persona.

—Si, yo también, pero es tarde, son las once.—apenas caigo en cuenta de que hay música de fondo.

—No importa, ya mismo voy a tu habitación.—escuché como se alejaba de la música.

—Pero...—busco cualquier excusa rápida.

—Esto es muy serio.—escuché un pitido y luego una puerta cerrarse.—Espérame.—cuelga.

Suelto el aire retenido y choco mi frente contra la palma de mi mano un par de veces. Sé que apenas lo vea mis piernas van a flaquear, todo me va a flaquear como siempre. Bendito hombre se tenía que cruzar en mi camino y gustarme tanto.

Me levanté volviendo a mi habitación para cambiarme. Me pongo unos vaqueros de talle alto y ligeros, una blusa blanca manga larga por dentro, unas tenis y encima una chaqueta de cuero sintético. Vuelvo a salir y en pocos minutos se estaciona una camioneta Ranger Rover negra con vidrios oscuros, bajan la ventanilla y veo a Guapo Elijah. Me acerco a la acera y entro al auto, en seguida el olor de su perfume entra por mis fosas nasales haciendo que cierre los ojos.

DILEMA (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora