¿Por qué no cae el sol?

3. la causa del error

G.

— ¿Acaso la diva Valentina Zenere se quitó los zapatos?— Malena fingió asombro de inverosímil hecho—. ¡Lo veo y no lo creo!

— Shh... para— Valentina hizo un puchero de dolor y se abrazó de Malena para avanzar hacia backstage.

La euforia del show cesaba, ya se sentía que cada uno arrastraba su propia alma. La mayoría se iría a descansar a los camerinos en lo que llegaba la hora de la próxima función.

Iba acompañada de Jorge.

— ¡Hola! ¿Nos podemos tomar fotos con ustedes?

Fui la única que giré, no culpo a mis amigos de no hacerlo; vibraba el ambiente desgastado del ritmo desenfrenado de los últimos dos años.

— Ahorita los alcanzo, Jorge — me despedí con un beso en la mejilla para dirigirme a las chicas que pedían una foto.

— Te acompaño — sonrió él en seguida del beso.

Vaya, que es el día de ver actos impensables. Valentina descalza, Jorge queriendo ir con unas fans.

— ¡Muchas gracias por venir!— abracé a la chica. A veces me regañaban con pasarme de cariñosa, así me pasa, que cuando me dan mucho amor no evito corresponderlo.

— ¡Eres un amor, Giovanna!— me sonrojé por su halago—. Me inspiras mucho para ser cantante.

— ¿De verdad? Es una carrera muy bonita.

— ¿Me podrías dar un consejo?

— Nunca, nunca te detengas. A lo mejor no tendremos la mejor voz, pero la energía es la que te conecta con las personas— la chica me abrazó por última vez para tomarnos la foto—. Y las inspira como dices de mí.

— No hagas lo que no te guste— añadió Jorge. Ambas nos sorprendimos de escucharlo. —. La gira casi no se da porque no nos gustaban las canciones, no íbamos a estar cantando los mismos temas medio año y que no nos gustasen.

Pensé que diría alguna banalidad como: Sé tú mismo.

Finalmente nos tomamos la foto y cuando estábamos a punto de irnos, preguntó:

— ¿También me puedo tomar una foto contigo, Jorge?

Me pareció re tierno él intentando ocultar su emoción.

— Adiós, linda. Váyanse con cuidado— abrazó a la chica, dejándola sonrojada.

Sentí un mejor clima. Me gusta ver a Jorge cuando se proponía hacer cosas imposibles y se la pasaba bien, no entiendo cómo es que no deja que vean su verdadera especie.

— ¿Por qué la sonrisa?— me preguntó sacándome del trance.

— Tú interactuando con una fan, el simple hecho de atreverte. Fue muy lindo lo que dijiste.

— Me doy cuenta, Giovanna. Que cuando voy en contra de mi naturaleza, cometo un error— llevó su mano a mi espalda para seguir con los planes de descansar.

Sin embargo, me soltó y se quedó afuera esperando.

— ¿Por qué no vienes?— le pregunté.

— Creo que me voy a comer, ya me entró el hambre— rió sobándose la barriga—. Qué descanses, hermosa Gio— me dio un beso en la mejilla, así como yo anteriormente.

— Te acompaño, me pasa lo mismo— sujeté su mano.

Sí, me pasa lo mismo. Dejé que mi propia naturaleza actuara por mí.

No había error, era esto lo que quería.