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Acarició su estómago con cariño y cuidado, rozando costras hechas en batallas y gimoteo silenciosamente cuando presionó sin cuidado una herida sensible; al apretar su cintura, intentando imitar a su novio.

"Me encanta tomarte de aquí, eres pecado andante amor".

Retuvo un suspiro cuando acarició la herida doliente. Quería besos en sus costras, en sus moretones, en sus rasguños y en su rostro. Necesita besos y mimos de su novio, ahora más que nunca.

"Tienes la piel demasiado suave, Blasty, me encanta".

Y Eijiro tenía razón, su piel era malditamente suave, y estaba orgulloso de ello. Pues ninguna herida hasta ahora había podido con esa propiedad suya. No importaba cuantas marcas de batalla tuviera impresas en su piel.

Volvió a acariciar su estómago, buscando una herida menos sensible; y cuando encontró una empezó a intentar sacarle la costra formada.

"Amor, no hagas éso. Te dejará una cicatriz peor".

Pero no podía, desde la primera vez que sacó una de sus propias costras se le había hecho costumbre, ya no quería parar.

Jadeo y suspiró cuando la sacó. Entonces el celular sonó.

"Papi Eiji"

Ronroneo de satisfacción cuando leyó el nombre brillar en la pantalla de su celular con New Medicine explotando en los parlantes.

— Pelos de mierda —gruño el apodo que tenía para su novio cuando el frío se coló por la ventana de su habitación.

— Hola bebe, ya terminé mi patrullaje. Estoy yendo para la casa —el rubio sonrió y escuchó una cremallera sonar. Sonrió al imaginar a Eijiro con su casaca de cuero negra.

— ¿Demorarás mucho? Tengo hambre...

— ¿Quieres pizza o hamburguesas? —preguntó Eijiro, se escucho otra cremallera y una puerta abriéndose— Adiós Tetsubro

— Adiós bro —se escuchó la voz de Tetsutetsu y Bakugo hizo una mueca de desagrado

— Hamburguesas —Kirishima rió

Porque sí Eijiro lo hacía vivir de comida chatarra cada que podía que, si no fuera por sus patrullajes y su arduo entrenamiento entre ellos, estarían hechos dos pelotas.

— Sólo espérame, estaré en casa en un santiamén

— Lo que digas, cuidate

— Sí, Blasty —Bakugo imaginó la sonrisa de Kirishima y también sonrió— ya voy a salir, así que te cuelgo por ahora, adiós

— Adiós —Kirishima colgó

Eijiro's One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora