Prólogo

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Mike Roberts iba caminando de la Universidad a su casa mientras escuchaba su música para armonizar su día de estrés, cuando de pronto, un fétido olor lo volvía a desesperarse y se interrumpió de lo que hacía, y corrió hacia el parque con la mayor velocidad posible, pero al no fijarse bien terminó chocando con una piedra y cayó al césped. Después volteó para ver que había pasado y soltó un grito agudo: había encontrado un cadáver descompuesto debajo de unas hojas que caían durante la temporada de otoño. Cuando se levantó, sintió que algo lo detenía, era una persona que le había cortado su pie derecho y prontamente se escuchó un ¡BANG! tan fuerte que las aves nocturnas se habían ido volando despavoridas. Mike quiso buscar formas para poder huir, aunque le salió el tiro por la culata: la persona anónima lo terminó acuchillando en todas partes del cuerpo y lo llevó al otro lado, sin dejar rastro alguno.

Al pasar tres días del acontecimiento, Mildred Roberts, totalmente preocupada, reportó como desaparecido a su hijo, ya que estaba asustada de que no llegara pronto a su casa como era la costumbre, y había llamado a la escuela aunque nadie sabía nada de él, ni sus amigos, ni maestros ni directores. De pronto nadie sabía ni sospechaba del asunto hasta después de un mes.

Criminal BonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora