Capítulo 3

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Llegando al lugar, Brennan y Booth habían agarrado los huesos con prisa, pues les habían dado carrilla por los huesos del parque, y debían ir al Jeffersonian en un santiamén.

-Vamos, Huesos - dijo desesperado el agente. -Siento que alguien llegará por los huesos del parque, y sé que te molestas porque alguien más que no seas tú los tenga.

-Booth, ningún forense es como yo - dijo presuntuosa la doctora Brennan. - Pero, ¿no dijiste que era solamente este caso?"

-Te dije que habían más casos: los cuatro cadáveres en el parque, mas mi temor no es por los forenses.

-Entonces, ¿por qué...?

-Solo hazlo rápido, por favor - la apresuró Booth un poco impaciente.

-Listo - dijo Brennan - ahora, fuga.

De pronto, llegó el camión del Jeffersonian para llevarse los restos al laboratorio mientras la experta en huesos y el apuesto agente iban para el parque a analizar los otros restos. Booth conducía a mayor velocidad y, a pesar de que no llevaba puesto su cinturón de seguridad, conducía a la misma vez con cuidado para evitar un trágico accidente. Brennan estaba totalmente acostumbrada a como se portaba el agente, a pesar de que temía por su seguridad.

Pronto llegaron al parque, aunque no estaban solos. Al ver que se arrimaban más y más los desconocidos hacia el primer cadáver, la antropóloga corrió lo más rápido posible muy enojada queriendo proferir insultos porque estaban otras personas. Booth, atemorizado de lo que podía hacer su compañera, fue siguiéndola a su ritmo para evitar la terrible "Catástrofe Huesos", como él solía llamarlo.

"Huesos, te dije que lo estaba presintiendo"

-Eso es una estupidez, nadie puede usar su mente, y la verdad no comprendo bien por qué deben llegar desconocidos a ver esto si toda la gente es tan tonta para analizar los huesos - gritó Brennan sin saber que los desconocidos, un hombre y una mujer, ambos morenos, escucharon y fueron para atraparlos y los demás habían visto la escena y los siguieron también.

Sin embargo, nadie, con excepción de Booth, se esperaba los golpes y técnicas de artes marciales que la doctora llegara para los cuatro integrantes que querían defenderse hasta que ambos jefes tomaron la decisión de separarlos.

-Lo lamento, mi compañera no es... ah, con que eras tú, ¿agente Hotchner? - dijo Booth totalmente molesto, al reconocer a Hotch.

-Agente Booth - dijo el serio hombre, mientras le tendía la mano.

-Hotch, ¿los conoces? - preguntó Morgan.

-Conozco al agente Booth, entrenábamos juntos en el F.B.I., pero dile a tu compañera que sepa controlarse.

-Eso lo sé, pero a Huesos le molesta que alguien más agarre y vea los cadáveres.

-No me llames Huesos, no frente a desconocidos - le espetó Brennan. - Soy la doctora Temperance Brennan del Instituto Jeffersonian.

Criminal BonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora