Inexperta en la Adolescencia

S E I S

Mis dieciséis años

Mis primeras fiestas, ligues y más, a los dieciséis años tuve mi primera fiesta y me sorprendí al ver tantas personas conocidas.

Era en una casa y estaba que reventaba fue lo mejor.

Jamás había visto tanta gente en un lugar que no sea el centro.

Camine buscando a mi amigo y me cruce con bastante gente, y aunque no quisiera tenía que saludarla igual.

Le envié un mensaje y al rato me lo contesto con un 《espérame en la esquin》a lo que le hice caso. Espere un buen rato hasta que llegó y venia con uno de sus amigos.

—Hola— les dije.

—Estoy adentro, hay mucha gente— no hacía falta que me lo dijera, ya me había dado cuenta— vamos.

Lo seguí y si afuera había mucha gente, adentro estaba peor.

Fui a su círculo y el me sirvió un trago, nunca había bebido fuera de mi casa, pero tampoco es como si me fuera a pasar.

Tenía permiso hasta las tres y algo, estuve un buen rato con ellos y tuve que salir porque me sentía demasiado ahogada.

—Alessandra— me giré y era un amigo y su grupo.

—Hola— me acerqué.

—¿Hace cuanto llegaste?

—Hace como una hora— tenía olor a cigarro, no es que me molestara el olor, pero tampoco es que me guste.

—Oye— me llamo un amigo de él— ¿Quieres bailar?— mire bien al amigo, analizándolo y el miraba a otro dando a entender que estaba ayudando al amigo.

Mire al amigo y era bastante guapo.

—Sí— le sonreí y el me sonrió. Me tomo de la mano y me llevo adentro, en donde estaban todos bailando.

La verdad soy de esas personas que no le gustan que obstruyan su espacio personal, pero en estos casos no me quejo.

De a poco nos íbamos acercando y paso lo que tenía que pasar, nos besamos.

Tampoco fue como imaginarme una relación con desconocido, eso sería de locos. Ni sabía su nombre yo sólo le dije que sí y ya, aunque creo que esta bastante mal.

Después de esa primera fiesta salí a más, en la cual más de alguna si me pase de vasos, si me besé a más de uno y sin saber su nombre, pero nunca deje a que pasarán a más. Que te beses con personas no te hace mala persona y tampoco te hace una puta, cada quien aprovecha su adolescencia a su manera.

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