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Frente a las estrellas

Ver las estrellas a través de este gran panel de cristal es algo tranquilizador y normal. Tanto que llegaría a decir que es una ¿Tradicion? La verdad no lo se, no hace mucho que estoy aquí y aprender los significados de cada palabra es algo difícil

María esta sentada a mi lado, mirando el espacio, a un punto cualquiera, igual que yo...

—Me gustaría estar haya —habla soltando una corta risilla

—El doctor dice que ya han estado haya ¿Es verdad que todo es muy lindo? —pregunto volteando a verla y encontrandome la de perfil

rie— La verdad es que eso paso cuando apenas tuve como cinco años... —ladeo la cabeza sin despegar la vista del espacio

—Ohh... —volteo a ver donde mismo— ...Lo siento...

—Jeje, no te preocupes. Pero la verdad es que yo también me lo pregunto, aveces...

— Quisiera saber más, sobre, la tierra... No me gusta estar encerrada —abrazo mis piernas y reposo mi rostro en ellas

—Yo aveces me sentía así, llegaste tú y mis ideas de bajar se esfumaron un poco. Ahora, siento que todo es igual...

—...Yo también, supongo que fui echa para hacerte compañía —hablo volteando a verla— Me siento feliz de tener a alguien más que el doctor... —sonrió

—Aunque en estos días nos estemos enfocando en mostrarte lo basico, aprendes rápido —me mira a los ojos

Un silencio se hizo presente, como ya es de costumbre.
En estos pasillos el doctor solo se la pasaba ocupado y María y yo tratábamos de enfocarnos en algo más para perder el tiempo

—Aunque, Amy. ¿No cree que estar aquí arriba muestra algo hermoso a la vez?

—Si... —conteste relajada

La mire a los ojos y ella miraba las estrellas brillando en ese fondo azul oscuro

—María —hable para llamar su atención— ¡Prometo que si logramos lo que el doctor necesita, estando aquí arriba. Ambas estaremos caminando en la tierra mirando la pradera y el lindo atardecer del que tanto hablamos! —hable con determinación, en los ojos de María pude distinguir un brillo único, así que le sonreí segura de mis palabras

—¡Muy bien! —me devolvió el gesto— ¡Cuando bajemos, tú me ayudarás a encontrar el otro experimento del abuelo! —estoy segura que mi rostro cambió de estado...

—¿Otro...Experimento? —hable confundia

—Si —tomo mi mano— Cuando estábamos en la tierra, el abuelo creó un erizo, igual que tú. Pero esté era diferente: era alto, de color azabache y con vetas rojas, pero sobretodo educado —sonrió al recordar— Pero... lo último que recuerdo es que unos sujetos se lo llevaron y al abuelo corriendo conmigo

aprito su mano— ¡Prometo que cuando bajemos, lo buscaremos en cualquier lado! —la mire seria

—...—me mira a los ojos— Amy, prometeme que si no logro bajar a la tierra contigo, tu lo buscaras y le hablaras sobre todo lo que hemos vivido con alegría y tranquilidad estando aquí arriba ¿Lo prometes? —apreto sus labios y su nariz se empezó a poner roja— ¿Por favor? —murmuro
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—Lo prometo...