Día de muertos

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Era de noche y todos estaban en el panteón junto a sus seres queridos, llevando bebidas y comida para sus difuntos parientes.
Claro, no podía faltar a la persona más reconocida del día, la catrina

Ella se encontraba sentada en la orilla del tejado de la pequeña cabaña central del extenso terreno.
Sentada con su hermoso vestido, negro con rojo, y tacones de punta para resaltar su altura. Con la piel palida de cereza y sombrero elegante, los miraba tranquila sin ningún pendiente

Tenía una flor de cempasúchil en mano, dejaba de sus pétalos cayeran sin prisa con el aire otoñal

—Oh por favor. Esto es un desperdicio... —pronuncio con enfado un sujeto de una altura sobrehumana

—No digas eso, es el único día que tienen para ver a sus parientes...

—No me inporta, mi único labor existe cuando alguien muere — responde con una sonrisa, a lo cuál, a la catrina le disgusto

—¡Shadow! Que descortes... —lo regaña volteando a vele

El mencionado roda los ojos y le da la espalda, para disimular su risa, siempre le da gracia la forma en la que lo regaña

—Si te vas a reír hazlo en mi cara, cuervo sin alas...

—Espera que yo no me estoy llevando contigo —se defiende dando la vuelta y caminando asia ella— Contigo no, pero con ellos si... —murmura señalando a uno de los vivos que se encontraba con un menor

La de vestimenta roja golpea su mano para interponer la probable muerte que le estaba a punto de darle

—Rose, es mi trabajo. No esperes que haga algo bueno

—Ya lo se, pero deja que se sientan felices está noche —posa sus manos sobre su cadera

Shadow la mira sin expresión en su rostro pero luego decide jugarle una pequeña broma

—Está bien, no mataré a nadie

—¿Estás bromeando? —lo cuestiona tomando una postura más sería

—Claro que no querida, sabes que yo cumplo las promesas ¿O no es una promesa?

—Ahhh...

—Lo ves cariño —se acerca a ella y acomoda el gorro de su capucha— Confía en mí. Hoy mi promesa no morirá...

Desaparece delante de ella, pero no sin antes tomar su sombrero. Ella pasa sus manos sobre su cabello, sintiendo el fresco aire pasar con toda libertad

—Maldito...

[…]

Ahora se enconteaba caminando entre las tumbas y los vivos, de vez en cuando maldecia o gruñia.
Se estaba acabando el tiempo para encontrar a su "gran amigo" y si no lo hacía, tendría que decirle 'bye bye' a su elegante sombrero hasta el proximo noviembre

—¿Porqué no lo note antes? Todo se lo toma como una broma...

—Disculca

Ella se detiene ante la voz de un menor, baja la mirada y lo encuentra. Se queda quieta y callada ¿Lo estaba mirando a ella o...?

—Disculpa, ¿Puedes ayudarme?

—Oh, cariño... —se agacha a su altura y mira a su alrededor— ¿Cómo puedes verme?

—Yo... Yo ya estoy muerto... —baja su cabeza con tristeza

—Y, ¿No hay nadie aquí que haya venido a verte? —pregunta con suavidad hacía aquél menor

—No, todos ellos ya están muertos. Pero no los veo....

Comienza a sollosar y Amy preocupada se acerca más a él y le da un abrazo

—Tranquilo cariño, vamos a encontrarlos

—G-gracias...

Ella se levanta y le ofrece la mano, el menor la acepta y se limpia los ojos para después sonreir

—Vamos a encontrar a tu familia

[…]

Ambos se encontraban sentados en la rama de un árbol, casi se daban porvensidos pero Rose no era de ese tipo, así que decidió que debían de darse un descanso

—¿Enserio no recuerdas a tus familiares?

—Lo siento señorita, pero no...

Ella suspira y mira a las personas alejarse, ya extrañaba su sombrero y el tiempo se estaba agotando

—Sabes, me recuerdas a alguien... Tu mirada, actitud, tan parecido a él. Es un buen sujeto, solo que aveces no lo soporto y me dan unas buenas ganas de ahorcarle...

Voltea a ver al niño y el sonreía de oreja a oreja, mientras que sus mejillas se encontraban en un leve color carmesí.
Se da cuenta de sus palabras que uso y le comienza a dar pena, el menor se acerca a ella y le da un beso en la mejilla

—Gracias por quererme... —murmura desapareciendo y en su lugar, dejando pétalos de cempasúchil junto con su elegante sombrero

Ella mira su sombrero con brillo en los ojos así que se lo pone con rapidez, sintiéndose ella misma otra vez. Mira que una rosa negra cae al suelo y se transporta al pasto para tomarla, sonríe con naturalidad

—Oh Shadow...

El mencionado se encontraba escuchando todo detrás de un árbol, sonreía con tranquilidad mientras miraba una rosa negra, él mismo las hacía y la Catarina lo sabía. Lo admiraba...
Mira la misma figura del niño que la acompaño y  de un simple movimiento de manos hace que desaparezca

—Gracias a ti también, mi dulce moribunda...

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