Operación F.E.N.S. (3ª parte)

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Este curso ha sido complicado y escribir durante un periodo un poco largo se volvió casi un imposible, además de impedir el uso del ordenador. Pero las vacaciones al fin han llegado, me he puesto al día y he encendido el ordenador, así que, aquí está un nuevo capítulo de esta historia, que finaliza la etapa de la Operación, y da paso a la continuidad de aventuras por separado y en conjunto.
Espero que las personas que han seguido esta historia desde el principio sigan leyéndola pese a la tardanza y que no se sientan decepcionados con este capítulo, así como que los nuevos lectores disfruten de esta historia. Siento muchísimo no poder publicar con más periocidad, de todo corazón. Sin más, el capítulo.

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Grant atravesó las puertas corredizas como si de un huracán se tratase, con el rostro pétreo, la mirada llameante y el dolor dificultándole el tomar aire. Sara daba zancadas a su derecha para mantenerse a su lado y los gemelos iban dos pasos por detrás, como si mantuviesen una vigilancia precavida.

- Poots, Nerine Poots -pronunció casi antes de llegar al mostrador de Urgencias- (1)

El hombre, ya avanzado en edad, detrás del mostrador levantó la vista de la pantalla del ordenador y le miró por encima de sus anchas gafas de ver.

- Buenas noches a usted también -dijo con voz seria y algo hosca-

- Buenas noches -intentó ser amable el otro- ¿puede decirme dónde se encuentra Nerine Poots, la han traído a urgencias hace un rato -se explicó-

- ¿Es usted familiar? -preguntó, tecleando demasiado despacio para el gusto de Ward-

- Sí -fue su única respuesta antes de cruzarse de brazos, esperando respuesta-

- ¿Y es...? -volvió a levantar la mirada de la pantalla, con la ceja alzada-

- Familiar -repitió toscamente- ¿dónde está?

- Tendrá que rellenar unos impresos...-giró la silla, tomó algunos papeles de diferentes archivadores y volvió a girar la silla para entregárselos, Grant tomó aire con impaciencia-

Tal vez aquel hombre no se estuviera dando cuenta, pero los tres chicos cerca de él tenían muy claro que Grant Ward estaba perdiendo la paciencia y, también, la poca amabilidad que había conseguido autoimponerse. Antes de que el agente pudiera cometer el error de lanzarse contra el recepcionista, Alexei cogió los papeles y sonrió al hombre.

- Gracias, rellenaremos los impresos de inmediato -dijo amablemente-

- Bien, entregenmelos cuando estén listos

- Así lo haremos -asintió-

- ¿Dónde está ella? -volvió a preguntar Ward, esta vez, con la amenaza empezando a destilarse en su voz-

- Cuando me entreguen los documentos les diré...

- ¡Como no me diga dónde está, le juro que será el próximo en necesitar un médico con urgencia! -le cortó él, casi en un rugido, haciéndole saltar en la silla-

- Tranquilo Grant... -le tomó de la mano la pequeña Sara, tratando de evitar una desgracia, sobretodo para aquel mudo recepcionista-

- ¿Que se tranquilice? -intervino Slavko- estamos en urgencias preguntando por alguien que nos importa y este hombre no deja de dar rodeos con estúpidos datos y documentos -su hermano le miró con los ojos entrecerrados, advirtiéndole silenciosamente de que cerrase la boca, aunque más de uno en aquella sala de espera estaba más que de acuerdo-

Recuerdos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora