Cap.20:Hannah Anafeloz

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Cuando estuvieron dentro,la compuerta del pasadizo se cerró,y los tres se quedaron dentro,completamente solos.La mujer hizo un gesto para que la siguieran,tanto el lobo como el chico asintieron,y fueron caminando tras ella.
Avanzaban por un camino oscuro rodeado de rocas,como los túneles de una cueva,con antorchas encendidas sujetas a las paredes que les permitían ver en la oscuridad.
Ciel de pronto se bajó del lobo,y caminó por su cuenta.No dejaba de mirar a aquella mujer intrigado,pues no entendía muchas cosas.
-Perdone-le dijo Ciel de repente-¿Quién es usted?¿Cómo ha sabido que él es un hombre-lobo?¿Cómo ha...
-Entiendo que tengas dudas.-respondió la mujer,dándose la vuelta-yo también dudé cuando os vi en la fiesta.Hace tantos años que no te veo que me era imposible reconocerte.Desde que eras un bebé,creo.Pero no te preocupes,os llevaré hasta un lugar seguro.Esta mansión es mía,yo misma construí estos pasadizos.
-¿Usted...me conoce?
-Por tu cabello verdoso,yo diría que eres Ciel.Dudo si tu lobo será Alois o no,pero viéndole bien no lo creo.Sí,erais muy pequeños,pero recuerdo la última vez que os vi.
-Espere...¿quién es usted realmente?
-Mi nombre es Hannah Anafeloz,y soy tu abuela.-Los ojos de Ciel se abrieron de par en par al enterarse de ello.La habían encontrado sin esperarlo,Hannah estaba con ellos.
-Entiendo que no me creas,prácticamente no te he visto en 13 años.-continuó ella.
-No...si te creo-Ciel entonces corrió a abrazarla con fuerza,como si fuera su madre muerta y la hubiera vuelto a ver-por favor,tienes que ayudarme.
-Está bien-respondió Hannah,correspondiendo su abrazo-cuéntame.
Los dos deshicieron el abrazo,y Ciel comenzó a narrarle todo lo que le había ocurrido.Desde las primeras muertes a manos de Claude,los acontecimientos que vivió después,su asesinato y la transformación de Sebastian,y por último,su situación actual.También le comentó sus dudas,acerca de su famila,por qué la maldición se propagaba de esa manera,de dónde venía ese "don" descrito en la carta de Alois y por qué le ocurrían tantas desgracias acerca de ello.Hannah asintió,y finalmente dijo:
-Entiendo...de modo que Alois está muerto,tus padres,Claude y Tanaka también,y para colmo tu amigo ha sido convertido en licántropo y habéis tenido que huir para no herir a nadie,¿me equivoco?
-Así es.
-Vale,es cierto que yo sé muchas cosas,¿qué quieres que haga?
-Alois me dijo que tu sabías deshacer la maldición.
-¿Sí?
-Por favor,ayúdanos,deshazla.-Hannah suspiró,y Ciel la contempló con ansia y nervios.Ella hizo una larga pausa antes de hablar:
-Lo siento,Ciel...es cierto que sé en qué consiste,y cómo deshacerla...pero no puedo hacerlo...
-¿Qué?¿Pero...por qué?
-¿Te has preguntado alguna vez cómo es que tenemos esta maldición?
-No.
-Verás,Ciel...hace muchísimos años,en la época en la que Inglaterra estaba ocupada por el imperio romano,un antepasado nuestro conoció a un malvado hechicero.Este fue el que echó la maldición sobre nosotros,sentenciando que "en las noches vagarás como un lobo hambriento a la busca de víctimas y estragos,pasarás a tus hijos la maldición,estos a tus nietos,y estos a tus bisnietos,por los siglos de los siglos,hasta el fin del mundo,y si no lo haces solo hallarás la muerte"...y así ha sido,hasta el día de hoy.Cuando un miembro de nuestra familia va a casarse,este también pasa la maldición a su cónyuge,y cuando sus hijos nacen,cuando empiezan a desarrollar "el don",son convertidos para continuar con la maldición.
-Pero,¿por qué lo hacemos?La maldición no se transmite por los genes,de modo que,¿no sería más fácil que,si yo me transformo,decida no morder a mis hijos?
-Cierto,podrías...pero la maldición especifica que a los que no la traspasen...morirán junto a toda su familia.Tanto tú,como yo,tus hijos y todos los miembros de la familia que estemos vivos moriríamos.Por eso no podemos negarnos.Cuando me casé con Tanaka yo tampoco quería hacerlo,pero no tuve opción.Y cuando nuestros hijos nacieron,tu madre,Angelina y Claude,yo se lo pasé a Claude,porque fue el primero en desarrollar el don.Angelina se negó a ello,abandonó nuestra casa y aceptó un trabajo como prostituta,convirtiéndose en "Madam Red".Tu madre tampoco quiso,y se casó con Vincent Phantomhive y os tuvo a vosotros al margen de todo esto.
-Un momento,¿el abuelo Tanaka también...-El rostro de Ciel se quedó de piedra al escuchar esto.
-¿Qué ocurre,Ciel?
-Es...es que...a los 5 años me encontré a un lobo gigantesco que casi me mata en su casa...
-Ah,seguramente era él,pero no querría decíroslo.Siempre fue un hombre muy tímido.-rio Hannah.
-¡No te rías!¡¿Entonces era él?!
-Seguramente...él siempre estuvo buscando un modo de "inhibir" su maldición,y antes de abandonarle yo,casi lo consigue.Por eso se retiró del pueblo para vivir en el bosque,porque últimamente cada vez que lo hacía se transformaba en un lobo gris y sin control en cualquier momento del día.Dudo si conseguiría retenerlo antes de su muerte o no,pero si lo hubiera logrado solo habría conseguido volverse raro...
-Justo lo que pasó.
-¿Decías algo,Ciel?
-No,nada.Entonces...por eso Claude se obsesionó con morderme y mató a mis padres...temía que el legado se extinguiese y todos muriésemos,él incluido...y para eso tenía que quitar de enmedio a mis padres y quedarse conmigo y mi hermano.
-Exacto.
-Pero,si conocías sus intenciones,¿por qué no le detuviste?
-Tenía que irme,Ciel.Cuando me di cuenta de las intenciones de Claude,supe que debía detenerlo,pero no quería que nadie muriese.Me fui para buscar un remedio contra la maldición,porque sin ella no sería necesario que nuestra familia acabase así.Pero,según lo que me cuentas,parece que llegué tarde.
-No tiene porqué,abuela Hannah.Yo aún no he sido mordido,y si deshago la maldición de Sebastian y la tuya,seremos libres.Algo tienes que haber averiguado en todo este tiempo.
-Y lo he hecho,querido niño.Pero ya te he dicho que yo no puedo deshacer la maldición.Si quieres que desaparezca para siempre,debes ir a buscar al hechicero que nos maldijo,solo él puede hacerlo.
-Pero...has dicho que vivió en la época de los romanos,¿cómo...
-Sigue vivo,Ciel,no me cabe duda.Al igual que tú me ves ahora con este aspecto,él también tiene potentes hechizos que le han mantenido con vida durante cientos de años.Yo también le buscaba a él cuando me fui,pero creo que tú tendrás más suerte que yo.
-¿Cómo puedo encontrarle?
-Su nombre es Bravatt,Bravatt el hechicero.Por el momento no tengo ninguna pista sobre su paradero,pero tengo claro que sigue en Inglaterra.
-Vale,muchas gracias,abuela.
-Eso sí,yo que tú me daba prisa en encontrarle.¿Recuerdas que te dije que si el legado no se continuaba moriríamos?
-Sí.
-Tú ya has despertado el don,por lo que veo-continuó Hannah,señalando su ojo morado-no sé desde cuando lo tendrás,pero calculo que te queda menos de un mes para que tú y yo muramos.
El rostro de Ciel se quedó de piedra al escucharlo.No se le ocurrió que podría pasar una cosa así.
-Aunque-siguió Hannah-si lo prefieres,puedo transformarme en loba ahora y pasártela.De este modo estarías maldito,pero podrías buscar al hechicero tranquilamente.
-Prefiero que no,abuela.
-Como desees.
Los dos siguieron avanzando por aquel oscuro pasadizo durante un largo rato,hasta que llegaron a cierto punto donde Hannah se detuvo.Le dijo a Ciel:
-Por aquí ya no hay más bifurcaciones.Si seguís todo recto hacia delante llegaréis a las afueras de Oxford.
-Gracias,abuela...otra cosa,¿cómo has sabido que mi ojo...-antes de que Ciel pudiese continuar,Hannah le indicó que se fijase bien en uno de sus ojos.Este,al contrario que el otro,era de color verde,muy luminoso y con el diseño geométrico de una estrella pentagonal,algo diferente al de Ciel.
-Es la marca que nos sale cuando "el don" aparece.-dijo Hannah-Es el único beneficio que se nos concedió a cambio de la maldición.Todas las marcas son diferentes,pero vistosas,y pueden salir en cualquier parte del cuerpo.Tú,al igual que yo,lo tienes en el ojo.
-Ya veo.
-Y ten cuidado,Ciel.Te advierto que si encuentras una marca similar en otra persona podría ser un pariente lejano,aunque...dudo que tengamos algo así...pero te lo digo para que tengas cuidado.
-Está bien.Adiós,abuela.-y sin decirse más,Hannah se dio la vuelta,y se marchó por los oscuros pasillos.Después,Ciel montó de nuevo sobre el lomo de Sebastian y le indicó que avanzara hasta el final del pasadizo.Por fin,Ciel tenía muchas cosas claras desde que se marcharon del pueblo.

Caperucita Roja Kuroshitsuji:la maldición de la luna llena(II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora