Capítulo 19

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Conduje unos minutos, hasta llegar al lugar indicado, la ayude a bajar del auto

-¿Un hotel? -Dijo ella, yo solo tome su mano y comenzamos a caminar hacia la entrada, nos acercamos a recepción

-Buenas noches, ¿En qué puedo ayudarte? -Dijo la chica de recepción

-Tengo una reservación, mi nombre es Christopher Vélez -Dije amablemente, la chica busco algunos datos en la computadora y cuando encontró mi nombre sonrió

-Si, aquí esta, su habitación ya está lista señor Vélez, en el buró de la izquierda está nuestra sección pedida -Dijo la chica antes de entregarme las llaves, mi esposa miraba un poco confundida la conversación, así que simplemente comenzamos a caminar hacia el elevador, la habitación que había pedido era una especial, se encuentran en el último piso

Subimos al elevador y apreté el botón de número 16, las puertas se cerraron y el elevador comenzó a subir

-No estoy entendiendo nada, Christopher -Me dijo ella, yo solo le di una sonrisa

-No lo necesitas entender, solo disfrutá -Dije con una sonrisa, me acerque y dejé un beso en su mejilla, al llegar al último piso, ambos salimos del elevador, nos dirigimos a la única puerta que había en el pasillo y entramos con ayuda de la llave electrónica

-¡Wow! Está habitación es muy linda -Dijo ella, me quite la chaqueta y la deje en un pequeño sofá que había en el pequeño living

Con rapidez me acerque a ella y comencé a besar su cuello y a recorrer su cuerpo con mis manos

-Esta noche, será diferente a las otras -Dije antes de dirigir mis manos al cierre que había de lado derecho en su vestidos y bajarlo lentamente, lo deslicé por su cuerpo hasta sacarlo por sus tobillos, dejándola solo en un par de bragas negras de encaje -No quiero que te avergüences, quiero que seas atrevida, quiero que disfrutes y que me pidas cada vez más -Dije en su oído antes de morderle el lóbulo de la oreja

Sus manos se dirigieron a mi camisa y comenzó a desabotonarla, con rapidez comenzó a desvestirme lentamente mientras ambos nos comíamos la boca

La ayude a quitarme la estorbosa ropa y quede en boxer, la tomo de los muslos y la alcé, guiandola a la cama

Era una habitación grande, cama enorme, ventanal de cristal gigante, después de besarla en los labios, comencé a descender a su cuello y a su clavícula, dejé una marca morada en su clavícula y dejé leves mordidas

-Espera, primero... -Dije levantándome de la cama y dirigiendome al buró de la izquierda, abrí la pequeña compuerta y le extendí la mano a _____ para que se acercará

-Esos son... -Dijo ella antes de abrir los ojos sorprendida y yo le di una cálida sonrisa

-Si, me gustaría intentar esto contigo -Dije sonriendo, ella se miraba un poco nerviosa y se acercó a ver la pequeña variedad de juguetes sexuales que tenía el hotel -Es obvio que quiero usar esto -Dije antes de quitar las esposas de cuero que estaban ahí, se escuchó un sonidito indicando que ya habían sido añadidas al pago en la tarjeta -Elige algo, lo que tú quieras -Dije incitandola, ella miró unos segundos y tomo unos pequeños aritos vibradores, tomé un pequeño aparatito color rosa en forma de una bala larga y unas pequeñas pelotitas que estaban unidas

-¿Seguro que son seguras? -Dijo ella un poco temerosa, sabía que sería un poco difícil para ella, jamás habíamos utilizado estás cosas, pero internet decía que era algo que podía ayudar a la pasión

-Todo aquí es totalmente nuevo, desinfectan camas y cambian sábanas -Dije sonriéndole, ella me miró un poco dudosa pero después sonrió, comencé a acercarme nuevamente a ella, continúe besándola y acariciando su abdomen, poco a poco la fui recostado en medio de la cama -Si hago algo que no te gusta, dime y yo le detengo -Dije, ella asintió y me miró a los ojos, tome las pequeñas esposas que estaban cubiertas por cuero y las atravesé por la cabecera de la cama -¿Me das tus manitas, amor? -Dije mirándola y ella subió sus manos sobre su cabeza, coloque sus muñecas en las esposas y las cerré, después me dirigí a mi chaqueta y de ahí, saque un pequeño antifas para dormir que había traído para esta ocasión, se lo coloqué en los ojos, dejé las llaves de las esposas a un lado -Ahora si, ni una palabra más -Dije y comencé a besar su cuello mientras iba descendiendo

Baje mis labios a sus pechos, comencé a morder y chupar sus senos, ella dejaba salir delicados gemidos mi mi acción, a un lado de la mesa de noche, había fresas y chocolate líquido, que yo mismo había mandado a pedir, junto a una botella de sidra de manzana, alcance la pequeña cubeta que tenía la sidra y tome un hielo, comencé a pasarlo por uno de sus pezones, arrancadole un pequeño quejido

-Esta muy frío -Dijo ella y solo solo sonreí, con el pequeño hielo comencé a hacer círculos al rededor de su pezón y después chupaba para quitar la pequeña humedad del hielo derretido, hice ese proceso en ambos senos, con tres o cuatro hielos, comencé a bajar mis labios a su abdomen, tomé una de la fresas y la acerque a su boca, con la punta comencé a contornear sus labios, ella lamía el pequeño rastro de jugo de la fruta y después la puse entres sus dientes, me acerque y mordí la mitad de la fresa que había sobresalida

Deje sus labios ahí y tome otra fresa, la hunte de chocolate líquido y comencé a formar patrones en su abdomen y parte de su pecho, mientras que con mi lengua comenzaba a limpiar el rastro

Besé, mordí y chupé de su piel tersa, ella dejaba salir gemidos y arqueaba su espalda levemente, veía como se mordia el labio inferior y hacia varias muecas

Tomé el próximo juguete, el que había elegido ella, eran un par de aritos color morados, estos venían con un pequeño control que los encendía y media velocidad

Tomé ambos aritos y los coloque sobre sus senos, en la mera punta, ella estaba con la respiración tranquila, hasta que los encendía en una velocidad media, arrancándole un gemido ronco

Abrí el otro juguete, este era el de forma de bala y era color negro, este también venía con un pequeño control, lo encendí a velocidad baja y me coloqué entre sus piernas, podría ver claramente su humedad, comencé dando una larga lamida en su entrada, su piel se erizo y su respiración se escuchaba entre cortada, tomé el pequeño aparatito en forma de bala y lo coloqué sobre su botoncito de placer, comencé a moverlo en círculos y sus gemidos comenzaron a hacerse más fuertes, comencé a mover mi lengua con rapidez sobre ella, su humedad iba aumentado, ella no podía para de gemir, yo solo me dedicaba a darle placer con mi boca, con el control aumente la velocidad de los aritos de sus pechos y agilice mis movimientos con lengua y con el vibrador en su clítoris, ella movía sus caderas en busca de más fricción y yo le di todo lo que podía, así continue con los movimientos unos minutos más hasta que ella se corrió en mi boca...

Infidelidad ||CV Y TÚ||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora