Sin.

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1 año antes...

Min Yoongi creía que el amor hacía su precioso hermano se había acabado, después de todas las experiencias que había tenido, pero no, su sangre ardió en dolor cuando a sus manos llego aquel periódico en donde esté posaba con una de sus hermosas sonrisas junto a ese remedo de hombre.

La relación de Kim Namjoon y Min SeokJin cada día iba mejorando, fundando juntos la compañía de entretenimiento "KM" que llevaba las iniciales de los apellidos de ambos, todos estaban feliz con esa noticia, hasta el tierno rubio Park Jimin, ya que creía que por fin Yoongi se rendiria con eso, pero estaba muy lejos de aquello.

Con sus manos hechas puños, Min Yoongi salió casi corriendo de la oficina donde el debía administrarla con su querido hermano, así que estaba más que cansado y cabreado. Sus pasos causaron miedo en cada uno de los pares de ojos de sus empleados, Min llegó a la oficina de su secretario Park, el cuál con una sonrisa iba a abrazar a esté, pero en cambio dejo salir un grito de dolor al ser empujado con fuerza y sin cuidado por el mayor.

- Dame las llaves de la mansión del bosque. -

Negó sabiendo que significaría eso, no podía permitir que el ciclo comenzará de nuevo, ya no, tanto el como Yoongi no tenían más que entregar ante aquél demonio.

Pero por primera vez desde mucho tiempo vio a el hombre que desde siempre amo, fuera de control, con sus ojos llenos de dolor y sufrimiento, aquéllo no era del gusto del rubio, con sus lágrimas saliendo de sus mejillas entregó aquellas llaves a el.

- Nadie podrá hacerlo, Yoongi, no des tu vida solo por el.

Las palabras dichas por el pelirubio fueron ignoradas en su totalidad, a Yoongi no le importaba el, ni nadie más que sacar a ese lindo hermano suyo de su cabeza, pero está vez quería tenerlo, tenerlo para el, tomarlo hasta saciarse y luego desecharlo como a todos, el único que aguanto aquello fue Park Jimin y el solo era un juguete aburrido para Min Yoongi ahora.

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La mansión estaba rodeada de árboles dándole ese toque de misterio. Bajó del auto caminando hasta la puerta, metió la llave girandola hasta que escucho ese sonido mientras la puerta se abría lentamente dejando ver aquella figura alada con sus oscuros colores.

- Bienvenido Min Yoongi, te estuve esperando.

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5 años antes...

Otro día más en el que el dolor para Min Yoongi era su día a día, sus ojos ardiendo en rojo, sus temblorosos labios, sus manos cansadas y sangrando. Había golpeando tan fuerte aquélla pared que ya no podía más, nuevamente su adorado hermano estaba con alguien, que debía hacer el para ser suficiente ante el, logró matar a los anteriores, pero Kim Namjoon era más que un simple chico, era empresario y no podía ir como siempre a aprovechar un descuido y matarlo.

Su mente cansada lo hizo caer de rodillas en el suelo para seguir lamentándose, jamás pensó que aquélla obseccion tan insana en el, se convertiría en ese amor tan profundo que estaba matándolo de a poco.

Tras todo aquéllo, Min Yoongi se escondía en esa antigua Mansión de los Min, alejada de la cuidad en el medio del bosque. Había sido advertido por sus padres sobre esa casa, pero el se sentía más que seguro con los demonios y fantasmas que allí yacían.

- Nuevamente sufriendo, Min? - pregunto Taehyung con sus ojos fijos en la ventana, aquél día las estrellas estaban alineadas, podría hacerlo sin que el cielo intervenga en su labor y así sería.

- Ya no quiero hacerlo. - murmuró con las voz perdida en lamentos y levantando un poco la vista.

Ya se había acostumbrado a esa presencia, normalmente se burla del sufrimiento suyo, otras veces dice cosas sin sentido y sólo a veces logra ayudarlo. Pero es un demonio, no esperaba mucho de todos modos.

- Quieres sacartelo de la cabeza? - negó el pelinegro. - Quieres verlo sufrir? - una amplia sonrisa se vio en el rostro demoníaco mientras veía a el asentimiento ajeno. - Pues tu ganaras placer, yo almas y el dolor.

Aquélla noche Min Yoongi entregó su alma y la de un pequeño rubio molestó, para que Min SeokJin sufra cada día por no corresponder los sentimientos que Yoongi tenía guardado para si, el pacto fue hecho y el dolor fue cambiado por el placer, las almas por pago de aquel trato.

Allí en la casa de Min Yoongi, nada venía sin consecuencia o costo, ni siquiera el mismo cielo podría intervenir en aquél trato bajo aquellas estrellas alineadas.

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(De vuelta en la mansión Min hace un año.)

- Bienvenido Min, te estuve esperando. - aquellas palabras erizaron la piel de Min Yoongi, cuánto había perdido en manos de ese ser del inframundo, más de lo que tenía en realidad.

- Taehyung. - pronuncio calmado, tratando de no verse más desesperado de lo que ya estaba.

- Se a que vienes, pero está vez el precio es alto, ya que no se trata de algo tan fácil lo que deseas.

- No importa el precio que deba pagar, lo quiero a el arrastrándose por mi.

- Lo que desees, pero debes darme dos almas en especifico, Min Ji sun y Min Chang Kyun, si estás dispuesto a darme esas almas, te daré lo que deseas. - sonrió mostrando sus perfectos dientes a el menor de los Min.

- Te daré mi vida, si Seok gana.

- Lindo Min, ganes o pierdas contra aquel que amas, me daras las almas de tus padres, pero recuerda, si las estrellas se alinean para ti, ahí en donde el cielo no podrá interceder y deberás matarlos.

Con eso Min Yoongi tuvo claro varias cosas, era su última oportunidad, la única para amar a SeokJin y que el lo ame de esa forma que tanto anhela,  así que esperará hasta que aquél día llegué para poder tomar lo que siempre fue de el.

Porque nadie podría hacer nada, porque el obsesivo  amor que tenía Min Yoongi estaba arruinando todo lo que poseía o todo lo que alguna vez tuvo, dejándolo a merced de aquél demonio.

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(3 días antes del asesinato de los Min.)

- Sabes como acabará,  porque le sigues dando oportunidad? - una risa corta y seca se escucho de los labios del demonio alado.

- Porque el lo lastimo tanto, que merece aquello, JungKook. - miró a esté con una sonrisa burlona. - y tu con Jimin? No es acaso lo mismo? - el chico pelinegro se nego a contestar, había perdido lo sabía, desde siempre había perdido en ese juego. - Solo hago lo que debi hacer hace tiempo, antes de que todos los inocentes cayeran por ese deseó tan obsesivo de Min Yoongi.

- Ya vi el fin, estás seguro que es el único caminó?

- Ambos hicieron su parte, yo no influyó en ese futuro.

- Pero estás allí.

- Si, porque gané.

La sonrisa que le dio aquél ser envío escalofríos a cada centímetro de su piel, sabía lo que significaba aquello, esos ojos con total felicidad le decían que nada podía ser cambiando desde ese día. Pero... ¿Será que las estrellas se alinearan para estos? ¿Será que el cielo nuevamente se hará el ciego y no intervendrá? ¿Será que aquellos podrán ser salvados de sus pecados? ¿Será?

Natural. [YoonJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora