Reckless, Wild Youth ➵ meanie

Capítulo 5: that one will die before he gets there

Mingyu se permite ser un poco más valiente y Wonwoo un poco más confiado. El invierno está por terminar.

Seungcheol y Jihoon llegaron exactamente según lo planeado, el día antes de que comienzen nuevamente las a clases. Cuando llegan a casa, la primera persona a la que llaman es Mingyu.

Mingyu llega a la tienda de ramen que está cerca de la escuela en tiempo record, practicamente radiando de oreja a oreja. "¡Al fin estos idiotas se dignaron a regresar!" 

"¿Qué? ¿Creíste que nos graduaríamos en ese crucero?" Jihoon bromea, sonriéndo. 

Mingyu casi se lanza en el box donde estaban sentados, mirando a sus amigos como si intentara encontrar algo nuevo, algo en ellos que haya cambiado en las dos semanas en las que estuvieron separados. A parte de un ligero bronceado de sus aventuras, nada parece tan diferente, y Mingyu se siente abrumadoramente aliveado por ello. "Quizás. Ese es el tipo de mejores amigos que son, idiotas."

"Sí, sí, somos los peores mejores amigos del mundo." Seungcheol se desliza fuera de la cabina para poder arrodillarse y juntar las manos, rogándole a Mingyu con sus mejores ojos de cachorrito. "Oh, gran y poderoso Kim Mingyu, de la clase 132 de la Secundaria Hysera, ¿podrás algún día perdonarnos?"

Mingyu brilla bajo la atención, fingiendo arreglarse el cabello y comprobarse los dientes en el reflejo de la jarra de agua frente a él, mientras Jihoon golpea el hombro de Seungcheol diciendo, "Levántate ya, payaso, la gente está mirando."

"Oh bro, deberías haber estado ahí, Mingyu, " Seungcheol dice, poniéndose de pie y volviendo al asiento de la cabina. "El océano se veía tan fresco, y comimos de lo mejor. Me da pena que te hayas congelado el trasero acá durante todas las vacaciones."

"El tiempo no cambiará hasta Marzo, si tienes suerte," Mingyu replica, señalándolo acusadoramente con un palillo. "Así que tendrás mucho tiempo para congelar tu propio trasero." 

Y así, vuelven a la normalidad, el Trío Dorado juntos nuevamente. Charlan incesantemente, sólo se detienen ocasionalmente para sorber su ramen. Mingyu nota como ambos están ansociosos por contarle todo la mierda que pasó durante el crucero y les permite hacer la mayor parte de las conversaciones. Hablan rápidamente, interrumpiéndose en su emoción de contarle a Mingyu acerca de esa vez en la que casi se meten en problemas por correr en los pasillos golpeando las puertas de las habitaciones; sobre el baile sólo-para-jóvenes y de todas las lindas chicas ricas con las que Seungcheol coqueteaba (Jihoon dejó en claro que Seungcheol no consiguió ninguno de sus números); y de la vez en que Seungcheol se mareó tanto que Jihoon se pasó casi toda una tarde grabándolo vomitar en el baño en vez de ayudarlo. 

Sonaba como un viaje magnífico, y Mingyu siente una punzada de envidia y de arrepentimiento que se adhiere él como enredaderas en una pared de ladrillo. Siguen diciendo que hubiese sido más divertido si Mingyu los hubiera acompañado, pero por lo que parece, ya lo pasaron muy bien por su cuenta. Seungcheol y Jihoon, Jihoon y Seungcheol, como dos gotas de agua. 

Pero Mingyu no se siente tan molesto como pensaba que lo haría– probablemente porque si hubiese podido ir con ellos al crucero, bueno, no habría podido ver a Wonwoo. 

El día después de la fiesta de Año Nuevo, Mingyu despertó al rededor de las dos de la tarde con una terrible resaca. Al trabajo de su madre le importaba un mierda si sus trabajadores tenían familia con quien pasar las fiestas o no, por lo que no podía quedarse con él y cuidarlo, pero dejó amablemente unas cuentas botellas de agua cerca de su cama y se tomó el tiempo de preparar sopa coreana para la resaca, que calentó y comió una vez que logró juntar fuerzas para bajar las escaleras.