Todo sucedió justo una semana antes de volver a nuestra rutina. Por lo que solo me podía permitir pasar esa semana con Fernando en el hospital, ya que luego deberia volver al trabajo y no tendría mucho tiempo para verlo tan seguido. Cuando llegue no me quisieron explicar las cosas en detalle pero luego de un tiempo allí y al verme más calmada me dijeron por mas o menos por arriba que es lo que harían, dijeron algo de abrir la herida para limpiar todo a su alrededor y luego realizar una cirugía para revisar el daño en sus órganos y vasos sanguíneos. Cuando me lo explicaron hasta lo entendí, lo que si no me cuadro fue que se esperarán dos días para realizar la cirugía, pero tampoco tenía las fuerzas para hacer algún tipo de reproche así que simplemente espere que pasara el tiempo, debo admitir que fueron las 48 horas más largas de mi vida. Hasta que al fin llegó el día. Si bien mantuvieron la herida limpia durante ese tiempo, al cabo de los dos días cuando al fin iban a llevarlo al quirofano, antes de entrar deberían hacer algunos análisis para confirmar que todo estaba en orden lo cual lamentablemente no resultó así. En ese tiempo se había alojado una bacteria en su cuerpo la cual era necesario atacar antes de hacer algún tipo de intervención quirúrgica; Pseudomonas aeruginosa o algo así recuerdo que se llamaba la bacteria. Al intentar eliminarla de su cuerpo los medicamentos que le recetaron hicieron una especie de efecto secundario que, si bien le sirvió para eliminar la bacteria, lo puso en un estado peor.
Y ahí me encontraba yo cuando daban las 19:00 hrs y los doctores ya no sabían que historia contarme acerca de su salud, que bacteria le había atacado ahora o si lo que parecía que le iba a salvar de que forma le habría afectado esta vez. Más intranquila que nunca y cada minuto aumentaba mi nerviosismo, preferiría mil veces estar en su lugar que en el mio, no sólo por la desesperación si no por el no poder hacer nada para cambiar su situación. Dos horas espere, sin noticias, nadie salía de la sala y nadie tenía permitido entrar y cada minuto sin saber me ponía tensa. Nos poníamos todos tensos, su familia llegó para la operación que al final no se dio y también se hallaban ahí conmigo, a su madre se le veía soltar alguna que otra lágrima de a ratos, pero se notaba que hacía el mayor esfuerzo de su vida para que no se notara. Hasta que al fin las puertas se abrieron y salieron tres doctores y uno de ellos fue quien alzó la voz para decir 《Familiares de Torres, por favor acercarse aquí familiares de Fernando Torres》 cuando vi la manera en la que suspiró pensé lo peor, por más que no lo quisiera ni imaginar fue lo único que se cruzó por mi mente aquí paso lo peor imaginé. Al ver que ya estábamos todos en la puerta me decidí a hablar primero.
-Estamos aquí -Hable rápido, quería que nos contará todo lo más pronto posible. -Somos nosotros.
-Logramos intervenir a tiempo y el paciente se encuentra bien, necesitará un día más de reposo así que aún no podremos quitar la bala, al menos debemos esperar dos días más para eso. El paciente seguirá en el estado de antes no despertará seguro hasta dentro de una semana pero eso no se sabe con certeza. -Cuando terminó de hablar todos estábamos en el mismo estado de shock, nos mirábamos y no podíamos procesar si lo que decía se podían tomar como buenas o malas noticias, tenia algo de las dos pero supongo que habría que priorizar el lado bueno. Fernando ya estaba a salvo y eso era lo importante al menos por el momento y esperábamos que de ahí en adelante todo siguiera mejorando.Cada que pasaba en ese hospital era un sube y baja de emociones, no podía ni imaginar lo que sería cuando ya no pudiera estar ahí, pero sabía muy bien que no podía dejar mi trabajo, tenia ya todo una gira programada por varios países donde fans me esperaban para oírme cantar y sabía que no podía decepcionar los, pero la culpa de dejarlo ahí si no salía antes de esta semana cosa que veía imposible me comía poco a poco.