I N T E L I G E N T E ©

Capítulo 2

—No te creo, ¿Enserio es autista? Pero si es un papucho.

—Si es autista, lo preguntas en un tono como si fuera malo y si, si...lo es.- dije algo desconcertada y ruborizada.

—Cierto, disculpa, simplemente impresión. -Hizo un ademán con su mano refiriéndose a lo primero que mencione.

—Entiendo–murmure y no sabía si estaba enojada por su manera de actuar. A pesar de tener la misma edad yo creo que tengo mucha madurez y a veces no me entiendo con mis amigos.

Íbamos caminando por el pasillo y pasó un chico y me dio un beso en la mejilla y me dijo algo que no entendí.

—Hola María. –dijo alargando la "a" de María.

—Me llamo Marbell y no me vuelvas a besar o te golpeare. -dije pero el ya se había ido—¿Porque me dice así tu primo? Y porque todos me dejan hablando sola.-dije viendo a Nicole despectiva.

—Te dice así por santita, inocente...

—Ya entendí.

—Porque nunca haz tenido novio...

—Ah–me límite a decir.

—Y te dejan hablando sola porque ya saben que siempre quieres pelear.

—No me gusta pelear–dije cruzando me de brazos y ella me miro cuando lo hice, cómo diciendo "Segura".

—Entonces porque tienes esa cara.

—¿Cuál cara?– Pregunté curiosa pero despectiva.

—Esa cara de que quieres chingarte a alguien.

—Porque ahora sí estoy enojada.

—Bien cómo sea ¿Entonces harás la tarea con el autista?

—Nicole, sí es autista pero su nombre es Eskild –dije defendiendolo y enojandome por alguna razón.

Pero eso haría con cualquier persona de todos modos.

—Cierto lo siento.-dijo alzando las manos en señal de que no quería pelear.

—No estoy enojada lo sabes, sólo que tiene nombre, no me gustan las etiquetas.

—Cierto.- volvió a repetir.

—Oye sobre eso, algo curioso es que me pude percatar que a pesar de ser autista me miró a los ojos en respuesta de confianza y todo fue normal. –dije feliz.

—Entonces se podrán llevar muy bien, sólo se dulce, se que eres una perra con los hombres pero el no sabes cómo es.

—Eso creo, no se mucho acerca de los autistas, pero creo que su tipo de autismo si le permite relacionarse con la gente y lo trataré muy bien para que no se sienta incómodo.

—Y claro que lo trataras bien, si está como quiere el niño

—¡Nicole respeta!

—Bien, bien, ya me voy tigresa. - dijo lanzando por último un gruñido despidiéndose, la vi lejándose así que me límite a caminar.

En silencio y tranquilamente hasta el estacionamiento a esperar a mi madre, tenía la manía de siempre pegar los libros a mi pecho cuando caminaba sola.

Intercepte el carro Blanco y me subí.

—Hola mama-dije una vez dentro.

—Hola hija, ¿Cómo te fue en el colegio?

—Muy bien, por cierto, un amigo vendrá a la casa hoy.

—¿Un amigo?-dijo mirándome con una sonrisa y una ceja arqueada, para ser mi madre, parecía más una amiga.