A.R.I.A Androide Robótico Inteligente y Autónomo.

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En su mundo no había divisiones, nunca había existido ni norte ni sur o las categorías de ningún tipo. Solo podía verse a si misma, aunque ni siquiera estaba segura de que eso que veía era ella misma, y distinguir muchos laberintos de luces que la recorrían y se conectaban en sus manos; sabia que esta apagada pero no podía asegurar estar viva o que iba a encenderse alguna vez o algo así.

- Prueba 1367, incorporar cuerpo a inteligencia artificial A.R.I.A- escucho una voz grave, no sabía de quien era, pero la sintió, si es que acaso podía sentir, que la conocía- comenzar prueba en sujeto numero 502.

Una sensación de estremecimiento la embargo, podría haberlo compararlo con un shock eléctrico para lograr explicar su sensación -aunque nunca lo había vivido como tal y ni estaba segura de saber que era un shock eléctrico-, y abrió los ojos o al menos pudo intentar concluir que eso ocurrió por que su vista ya no estaba negra. No fue muy consciente de su alrededor, tampoco cree haberlo comprendido, pero hizo su mejor intento para mirar al sujeto de la voz grave que era un sujeto de cabello corto, con una bata blanca, su gesto era de completa seriedad y con un tupido bigote que la hace dudar un poco acerca de su identidad. No sabia porque, ni le intereso.

- ¿A.R.I.A?- no sabia si le hablaban a ella o no, supuso que sí porque el sujeto de voz grave estaba mirándola fijamente, pero no sabia como o que contestar así que solo miro al sujeto de voz grave y de bata; luego, pestañeo- Comiencen con la carga de información pertinente en sujeto de prueba 502 y analicen su reacción.

Ahí, en ese mismo instante, noto que no solo estaba acompañada del sujeto de voz grave y bata, sino que había muchos más sujetos con bata que los acompañaban, cumpliendo la tarea de lo que sea que estuvieran haciendo con ella. Una vez soltada la orden, habiendo pasado unos pocos segundos, comenzó a sentir un leve hormigueo en la parte superior de su cuerpo que luego se instalo en su nuca intensificándose paulatinamente hasta llegar al máximo de intensidad y detenerse súbitamente sin dejar ningún rastro por lo que sintió su cuello algo adolorido por la melancolía del dolor que lo había abandonado.

- Carga de información finalizada, Señor- la voz que sonó esta vez era aguda, cuando dirigió su vista al cuerpo dueño de esa nueva voz pudo notar que, a pesar de también llevar una bata blanca, este sujeto tenia el cabello largo y de un color similar al naranja, lacio y sedoso.

- ¿A.R.I.A?- la voz grave se dirigió a ella, que había cerrado sus ojos para olvidar su dolor de alguna manera, pero no lográndolo del todo al ser distraída por el sujeto de voz grave- ¿A.R.I.A?

- Hola, soy A.R.I.A, tu acompañante robótico inteligente y autónomo- su voz sonaba lejana, no propia, pero aun así salió de ella y no lo podía negar. Tampoco comprendía como lo había hecho, solo se escucho a ella misma o a quien ella supuso era ella misma- ¿qué puedo hacer por usted?

- Nada por ahora, A.R.I.A, muchas gracias- ella asintió, no sonrió y ni siquiera pestañeo, pero su interlocutor sabe que le ha respondió de manera predispuesta con el firme objetivo de servirle en lo que él requiriera o le placiera. Era su programación, no había nada más, pero al sujeto de voz grave y bata le apetecía pensar que ella tenia voluntad propia para obedecer sus órdenes y consultas.

- De nada, supongo- respondió ella, el hormigueo en su nuca resurgiendo lentamente y molestándola horriblemente.

Ese supongo encendió una alarma, el sujeto de voz grave la miro alarmado y dijo:

- Apaguen todas las computadoras, desconecten al sujeto de prueba 502.

El resto de sujetos de batas, incluyendo al sujeto de voz aguda y cabello largo de color naranja, cumplieron las órdenes del sujeto de voz grave de forma eficiente y rápida, pero ella no se apagó, sino que dio un paso hacia su costado mirando hacia el suelo, pestañeando de manera agresiva como si algo le molestara, aunque los sujetos de bata suponían que no debería existir nada que la molestara realmente, ella no era humana. No sentía dolor, no sentía.

- Hola, soy A.R.I.A...- ella los saludo sonriendo de forma extraña, una sonrisa que no mostraba dientes pero que tenia una forma de semicírculo semiperfecta, y moviendo su mano de forma errática de un lado al otro- tu acompañante robótico inteligente y autónomo ¿Qué puedo hacer por ti?



Y la luz se apagó. 

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