Una vez había ido al obelisco, no recordaba con exactitud cuando -quizás a los nueve o diez años, no sabría responder con precisión- y recordaba la increíble cantidad de tránsito vehicular y de gente que había, de un lado o del otro, en la Avenida Nueve de Julio. Recordaba, con suma gracia, a unas personas vestidas con trajes oscuros y en monopatines eléctricos de color verde neón con detalles negros.
En ese momento, esa misma avenida increíblemente transitada no era más que un desierto con lugares destruidos, escombros de un lado o del otro, y ni siquiera había una persona. A veces veía pasar automóviles a máxima velocidad, pero eran tan esporádicos que no podía decir que era una variante a tomar en cuenta.
El McDonald's de la esquina estaba completamente abandonado y destruido, con algún cuerpo moribundo yaciendo por ahí sin vida. Desde lo ocurrido tres días antes, ese lugar se había vuelto una especie de refugio para ella porque ni siquiera estaba cerca de su casa. Ella vivía cerca de la playa, a unos cuatrocientos kilómetros -aproximadamente- de Capital Federal y en ese momento no podía dejar de pensar en su hogar, en los veranos de la infancia en el mar y en sus padres que la esperaban en casa al menos hasta que paso lo que paso.
Tres días atrás, estaba reunida con unas amigas frente al obelisco. Sus amigas habían comenzado a asistir a la Universidad de Buenos Aires por el simple deseo de alejarse de la rutina de vivir en un sitio turístico veraniego como lo era la pequeña costa de Las Toninas y comenzar una nueva vida en plena ciudad de Capital Federal. Ella no las había seguido, simplemente porque sentía que no encajaba en esa enorme ciudad llena de gente y vehículos de todo tipo, y había decido hacer algunos cursos a distancia de reparación de celulares y cosas así para no tener que alejarse de sus padres. Aun así, iba a visitar a sus amigas de vez en cuando, pasando juntas algunos fines de semana y volviendo a su ciudad después de eso.
Ese fin de semana ese era el objetivo, pero se vio interrumpido tres días atrás, por el repentino cambio de clima.
Al principio se escucho un ruido fuerte similar a una trompeta, algo parecido a las alarmas para sismos pero mucho mas gruesa y luego la ciudad se oscureció de repente, en un horario por de mas extraño como lo era las tres de la tarde, y se vieron millones de estrellas fugaces surcar el cielo. Esas estrellas fugaces comenzaron a caer a la superficie, haciendo cráteres por doquier y ocasionando temblores pequeños al momento de impactar por lo que el suelo no dejaba de moverse dificultando el equilibrio de las personas que intentaban refugiarse en algún sitio.
Las cosas para ella y sus amigas no fueron beneficiosas, entre los temblores y los meteoritos no sobrevivió ninguna, excepto ella. No sabía cómo, suponía que había sido por suerte.
En ese momento, en el que ella seguía refugiada en los escombros de lo que había sido el McDonald's de la Avenida Nueve de Julio, todavía no había luz del sol visible y la energía eléctrica había muerto hace, ella suponía, un día atrás por lo que ahora estaba incomunicada y a oscuras con los nervios de punta atenta a todos los sonidos de su alrededor por lo que se alteraba con facilidad ante el más mínimo ruido. Se preguntaba sobre su familia, si aún estarían vivos o como habían vivido esa especie de apocalipsis extraño que habían tenido que pasar.
Hacia días estaba sola y aterrorizada en una ciudad que no conocía del todo.
De golpe las luces del local se encendieron, al menos las pocas luces que aun quedaban de pie, y todo comenzó a temblar fuertemente. Se preguntaba si esa sensación de miedo, de pánico y de desesperación acompañada de frustración, sería la sensación que sentirían las personas que habían experimentado sismos fuertes en algún momento de sus vidas. Tenía que decirse a sí misma, porque no había nadie mas para escucharla, que no era algo bonito de sentir.
El temblor se hizo aún más fuerte, obligándola a salir del local de McDonald's en la Avenida Nueve de julio y dirigirse hacia la calle porque la construcción que le había servido de refugio en esos días caóticos, se había derrumbado.
Todo temblaba, nada se estaba quieto y sentía que en cualquier momento el mundo caería sobre ella. En un efímero momento, de esos que ni siquiera sabes en qué momento llegan ni en qué momento terminan, el temblor ceso y el mundo se quedo en un silencio tan brutal que parecía que el tiempo se detuvo y la oscuridad volvió a reinar, aún no había amanecido.
Su celular comenzó a vibrar en su bolsillo, recordándole que lo tenía ahí a pesar de no recordar siquiera seguir teniéndolo con ella en esos momentos, y cuando lo saco pudo ver que estaba prendido y como fondo tenia una imagen negra con un ojo de color demasiado alargado, con pocas pestañas dibujadas muy gruesas y una pupila que le recordaba a la de un reptil. Había decidido ignorarla cuando escucho otro sonido como de trompeta, luego escucho una voz masculina y pudo ver la misma imagen en todas las pantallas que estaban en pie aun y cercanas a ella.
- Citizens of the world, privileged beings survivors of the apocalypse, welcome to the end of time...- una voz gruesa e intimidante se escuchó por todo el lugar, se podía sentir como una especie de eso- welcome to a new dawn of a new world.
En el cielo se pudo ver un resplandor, que en instantes se multiplico en cientos de resplandores que al acercarse a la superficie pudo identificarlos como algo parecido a drones, pero mucho más grandes, como si fueran naves no tripuladas de esas que solo había visto en películas de Hollywood.
- Bürger der Welt, privilegierte Wesen, die Apokalypse überlebt haben, willkommen am Ende der Zeit ... willkommen am Beginn einer neuen Welt- La voz
gruesa siguió hablando, ella no entendía que decía, pero se comenzaba a asustar, estaba paralizada en medio de la calle. Las naves se mantenían quietas, como si esperaran algo u alguna orden.
- Граждане мира, привилегированные существа, пережившие апокалипсис, добро пожаловать в конец времени ... добро пожаловать в новый рассвет нового мира.
Un grito fuerte y agudo se escucho por toda la calle, haciéndola reaccionar y comenzar a correr buscando un lugar para refugiarse. Corriendo por la calle pudo ver un edificio destruido al que podía ingresar si se doblaba de cierta manera y quedar cubierta por los escombros sin lastimarse demasiado.
El grito se había multiplicado, convirtiéndose en muchos más.
- 世界公民,世界末日的特权幸存者,欢迎来到世界末日......欢迎来到新世界的新曙光.
Ahora escuchaba disparos.
Su cuerpo aun no estaba del todo oculto entre los escombros.
- 世界の市民、黙示録の特権的な生き残り、時間の終わりへようこそ...新しい世界の新しい夜明けへようこそ.
Solo le quedaba la pierna derecha fuera.
Los disparos se escuchaban mas cercanos, no sabia quien los estaba efectuando.
- Οι πολίτες του κόσμου, τα προνομιούχα όντα που επιβιώνουν από την αποκάλυψη, καλωσορίζουν στο τέλος του χρόνου ... ευπρόσδεκτοι σε μια νέα αυγή ενός νέου κόσμου.
Los disparos cesaron, solo podía escuchar su respiración mientras escondía su pie izquierdo.
Termino de meter el pie, quedando acostada boca arriba con una pared sobre ella. No se la veía y ella no podía ver nada, solo oír.
- Cives mundo, immo nobiliore Apocalypsis qui residui fuerint de cognatione, gratam a prima luce usque ad consummationem saeculi ... grata novum mundum de naturis implicant
Se escuchaba el silencio y las hélices de las naves moviéndose, aunque el sonido de estas ultimas se escuchaba muy tenuemente.
Un último grito, ella no supo de donde vino.
- Ciudadanos del mundo, seres privilegiados sobrevivientes del apocalipsis, bienvenidos al fin de los tiempos... bienvenidos a un nuevo amanecer de un nuevo mundo.
BOOM.
El mundo termino.
A lo lejos, comenzó a salir el sol.
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Futuro
Science FictionEl fin del mundo ha llegado, bienvenidos al amanecer de un nuevo mundo. -Colección de cuentos de ciencia ficción-