No cortes.

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El chico ve el celular y lo agarra lentamente. Se queda viendo el nombre mientras las vibraciones en su mano van formando una melodía.

Acepta la llamada de lo que parecía ser una compañera de curso. El chico escucha atento a lo que dice. Su mano temblando y afirma todo de forma automática.

No pensaba nada más que la frase:

¡NO CORTES!

Cuando la chica decide ir acabando la llamada, nuestro protagonista de forma rápida corta antes de que terminara de hablar. Mira asustado el celular y lo tira a la cama.

Se levanta mientras pasa por su mente lo que había hecho una y otra vez.

Nota personal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora