BAD GUYS & SEVEN RINGS

EL COMIENZO

- ¡Vamos Madeleine! Llegaremos tarde a la escuela

- ¡Ay ya, Vanessa! ni que fuera tan importante - hice una pequeña mueca de fastidio para después soltar una pequeña risita-

- Oye, papá no se sacrifica tanto para que lo heches a perder

- Primero es mi padre no tuyo - ambas reimos- y en segunda, ya sé lo mucho que se esfuerza, por eso tengo la beca

- Entonces apúrate Maddy.

Corrimos por toda la acera, con pequeños empujones y juegos tontos entre ambas, así hasta llegar a la escuela, la cual estaba a solo unas calles de casa.

- Bien, llegamos - entrelacé mi brazo al suyo y di un pequeño suspiro para recuperar el aire- te dije que no había de qué preocuparse.

- Sí, ya vamos

Caminamos tomadas del brazo por todo el pasillo hasta llegar al salón, entramos.

- Oye por cierto ¿No te dan mala espina los chicos frente a tu casa?

- Claro que lo hacen Vanne, hay algo en ellos que no me agrada, apenas atrapé a uno observando la casa desde su patio frontal, le dije a papá pero dice que no hay de que preocuparnos - alcé los hombros para posteriormente quitarme la mochila y colocarla en el respaldo de mi silla, vi a Vanessa hacer lo mismo.

- nunca hace caso, igual el otro día que fui a tu casa le dije que sentía la mirada de alguien encima mío y curiosamente provenía de esa casa

- ya ni me digas Vane, odio a esos chicos, desde que se mudaron les tengo miedo, no siento que sea normal tantos hombres solteros viviendo juntos.

- ¡Oh! Por cierto lo olvidaba

Ella sacó de su mochila una caja pequeña color turquesa con el emblema de "Tiffany & Co."

- Vane, gracias de verdad pero sabes que no me gustan este tipo de regalos

- Anda aceptalo, papá me compró uno igual al tuyo y dijo que por nada nos lo quitaramos, que te ha tomado cariño

- Qué raro es tu padre

- Lo sé, pero anda tómalo - Me extendió la pequeña caja.

- Está bien, pero que no se repita - advertí y tras ellos abrí la caja y saqué de ella una caja más pequeña.

- ¡Oh por Dios! ¡Es hermoso! Pero ¿Por qué de compromiso? - Voltee a verla con una expresión confundida «dudo mucho que su padre se interese en una recién ingresada a universidad»

- Por que tontita - me miró como si fuera decir lo más obvio del mundo- es un pequeño pacto entre ambas

-¿Sabes lo mucho que te adoro?

- lo sé, y sé que yo te adoro más.

Justo después de ello una figura cruzó el umbral de la puerta a lo que guardé  las cajas, no sin antes colocarme el anillo. La clase estaba por comenzar.

El padre de Vanessa, un hombre que viene de una familia adinerada, dueña de hoteles en diferentes lugares del país, conoció a mi padre en una cena de fin de año que dio en su propia casa, esto ya que mi madre solía ser su empleada doméstica, fueron forjando una amistad que lo llevó a qué su esfuerzo en el hotel se reconociera; lo cual generó que poco a poco fuera subiendo de puesto hasta llegar al que tiene hoy en día. Gracias a ello tenemos la vida algo tranquila, mamá ya no trabaja.
Vanessa y yo, por consecuencia, somos amigas desde niñas, cuando mamá me llevaba con ella al trabajo y jugábamos en el jardín de su casa.

- oye Madd - susurró, manteniendo la vista al frente intentando no distraer a nadie más, o que nadie más se enterara de lo que iba a contar.

- ¿Qué ocurre?