Era un atardecer en primavera, y poco a poco la luz de la luna reemplazaba al sol que se escondía en el horizonte y el cielo pasaba lentamente de un fuerte anaranjado a un profundo azul. Era una noche tranquila, cuyo silencio sólo era roto por ladridos lejanos, y el sonido de los motores de los autos que pasaban en la carretera más cercana. La luz de la luna iluminaba este pueblo, uno más como tantos hay alrededor de las grandes ciudades, rodeado de eucaliptos y donde en las noches la humedad permite sentir el fácilmente reconocible olor a tierra mojada.
En la plaza de este pueblo se encontraba un grupo de jóvenes compartiendo alegremente, era un fin de semana y nadie pensaba en lo que tendrían que hacer al día siguiente, es así como empezaron a contarse historias para asustarse, es así como uno de ellos empezó a contar una historia sobre la leyenda del "Chofer Errante" que viajaba en su micro fantasma durante las noches, en el horario en que ya no pasaban micros. Es así como los pasajeros subían ingenuamente a esta micro fantasma pensando que habían tenido suerte (de que pasara una micro a esa hora), y a los cuales el chofer siempre les encargaba que le entregaran algún mensaje a alguien del pueblo al que se dirigían, pero cuando preguntaban por esa persona, generalmente estaba muerta hace muchos años. Es así como motivados por el ocio y la curiosidad este grupo de jóvenes fueron a tomar una micro para dirigirse al pueblo más cercano y esperar a que pase el "chofer errante" en su micro fantasma y que los traslade de vuelta, de modo que el grupo completo emprendió camino hacia el paradero y tomaron una micro rumbo al pueblo más cercano.
Durante el viaje realizaron una apuesta, ya que varios del grupo pensaban que tal micro no existía y que nunca iba a pasar, y que además quedarían tirados en el otro pueblo y tendrían que regresar caminando de noche. Con esta apuesta aumentaron su motivación (y su curiosidad), pronto divisaron el otro pueblo y se bajaron en el primer paradero.
La noche estaba clara, iluminada por la luna, pero no habían postes cercanos, por lo que solamente había luz natural en aquella noche de primavera. Se sentaron en el paradero esperando a que pasara la micro , pasó la última micro del recorrido y a partir de ese momento esperaron con ansias que pasara la micro fantasma. Pasaron el rato conversando sobre lo que habían hecho cada uno durante el día, y de todo tipo de tonteras irrelevantes dentro de esta historia.
Ya llevaban cerca de una hora esperando, y lo único que veían eran los autos que pasaban frente a ellos, además el camino estaba tan silencioso que los empezaban a escuchar como un minuto antes de que pasara frente a ellos, por lo que a medida que pasaba el tiempo cada vez estaban más aburridos. Para empeorar la situación, una joven del grupo dice que quiere ir al baño, pero como estaban en medio de la nada, no había ningún baño. Como estaba todo oscuro le dijeron que fuera a un arbolito, obviamente se enojó y empezó a insistir en regresar a dedo al pueblo, pero uno de ellos se acordó que a esa hora todavía debía pasar otra micro por la carretera, pero que debían caminar hacia la carretera, tomarla y luego regresar caminando hacia su pueblo. Como ya se habían aburrido de esperar estuvieron de acuerdo y emprendieron rumbo hacia la carretera desde el camino en el que se encontraban, a través de una vía de tierra que los conectaba.
Para su suerte llegaron a la carretera y justo pasó una micro vieja y destartalada, que tiritaba tanto que sonaba como batucada, se subieron a la micro y el chofer les preguntó hacia dónde iban, y por qué andaban tan tarde en la carretera. Ellos le contaron los acontecimientos recién mencionados, por lo que el chofer (después de reírse) les dijo que no les iba a cobrar, y como no iba más gente en la micro les empezó a conversar y a preguntarles sobre su pueblo. A pesar del sonido ensordecedor de las latas sueltas de la micro, conversaron durante todo el viaje, hasta que llegaron frente al pueblo por la carretera. Mientras conversaban el chofer se enteró que uno de ellos (el mismo que había contado la leyenda) era nieto de una señora de aquel pueblo a la que conocía hace mucho tiempo, por lo que le encargó que le diera sus saludos y sus disculpas por no visitarla hace mucho. Pronto llegaron al paradero y el grupo descendió, empezaron a caminar hacia el pueblo a través de descuidada parcelas, hasta que cuando iban llegando a su destino aparecieron unos perros y tuvieron que correr hasta el camino que pasaba por afuera del pueblo.
Cuando se encontraban cerca del paradero, para sorpresa de todos iba pasando una micro, fuera de horario y vacía, por lo que muertos de miedo decidieron pararla de todos modos. La micro se detuvo frente a ellos, pero el chofer abrió la puerta solamente para decirles "estoy fuera de recorrido, ahora voy a guardarla al terminal", cerró la puerta y siguió su camino, ante la decepción de todo el grupo.
Llegaron al pueblo y cada uno se fue a su casa, el joven que había contado la leyenda llegó a su casa, donde vivía también su abuela y le dijo el recado del chofer de la micro, a lo que ella respondió "¿viste que era verdad la leyenda?" y procedió a contar que ese chofer era amigo suyo pero ella no sabía nada sobre él desde hace más de 30 años y que de vez en cuando llegaba alguien con el mismo mensaje para ella, y esa era la razón por la que le había contado esa leyenda.
Al otro día, en la plaza se encontraba el mismo grupo de jóvenes reunidos, por lo que el muchacho les contó la conversación que tuvo con su abuela. Sus amigos se retorcieron de miedo, diciendo toda clase de improperios recordando que se habían subido a esa vieja micro y conversado con el chofer, el cual ahora habían descubierto que era un fantasma. A pesar de eso la mitad del grupo se alegró porque ganaron la apuesta, incluyendo quien la contó.
Meses después, el mismo muchacho fue a comprar al pueblo más cercano y se le hizo tarde, por lo que se quedó sin micro, sin embargo, permaneció en el paradero sin una razón clara. De pronto, ve que aparece desde la carretera la micro fantasma, y el mismo chofer conduciéndola. Se aguantó el miedo y le hizo señas a la micro, la cual se detuvo y él pudo subir. Apenas subió empezó a sentir como se le aceleraba el corazón y se empezaba a sentir mal, sudando a pesar del frío y con la piel cada vez más pálida. A pesar de eso, se armó de valor y le preguntó desde hace cuanto que no veía a su abuela, y el chofer le dijo "desde hace como 30 años, me cambié de pueblo y no supe más de la gente de ahí, me siento mal porque nunca volví a visitarlos", en ese momento se le acabaron todos los síntomas y se dio cuenta que la leyenda la había inventado su abuela solamente para asustarlo y que no saliera tan tarde fuera del pueblo. Esa noche regresó a su casa riéndose todo el camino del susto que les había dado a sus amigos, a los cuales nunca les contó que la leyenda era mentira, por lo que durante mucho tiempo la anécdota de la micro fantasma salía a flote cada vez que se juntaban.
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La Leyenda del Chofer Errante y la Micro Fantasma
Mystery / ThrillerCuento corto ambientado en el campo chileno.