Si no te has leído "Larután Atnit", te aviso de que esto contiene spoilers.
En el caso de que no lo hayas leído, corre, YA, no sé a qué esperas, pero te estás perdiendo algo genial.
En el caso de que sí lo hayas hecho, por favor, disfruta.
—Agoney, no va a suceder. Es físicamente imposible.
—Calla —pide el moreno —. Parecía bastante real en su momento.
—Agoney.
—Que te calles.
Raoul le deja hacer, callado, atascando la cola de gente que espera para pagar en esa tienda de maquillaje. Golpea con el pie el suelo un par de veces y observa a Agoney jugar con el lápiz de ojos de prueba de la estantería. Lleva las manos al puente de la nariz, harto de su chico por momentos. Quiere decir algo y sabe que su novio solo quiere que le deje probar, a ver qué pasa si. Pero Raoul nunca ha sido de quedarse callado.
—Y pensar que solo veníamos a por sombra negra...
—Raoul que cierres la puta bocaza.
—¡COÑO, Agoney, es que parece que estás de coña!
Entonces, Agoney levanta la mirada y frunce el ceño. Raoul se asusta un poco, dando un paso hacia atrás. Agoney avanza todo lo que puede hasta quedar en frente de su chico. Su tono de voz es brusco, busca reproches y consigue que el rubio trague saliva.
—¿Es que no quieres que sea tu alma gemela, Raoul? ¿Es eso? —Se acerca un poco más, sus narices rozando. —¿No quieres estar conmigo toda la vida?
Raoul chasquea la lengua y resopla, soplándose el flequillo.
Dramática.
—No es eso. —apoya las manos en el pecho del moreno. —Es que no existen, Agoney. No puedo ser algo que no existe, así que ni puedo ser pansexual ni tu alma gemela ni tener una puta marca mágica y, ay, jo, toda la vida es mucho tiempo, no sé ni qué quiero hacer mañana... Imagínate en 10 años. Ahora suelta el lápiz de ojos y para de dibujar culos por ahí, por dios, que al final nos echan y aún por encima nos lo cobran.
—Jo, Raoul, vaya soso estás hecho.
Agoney hace una mueca de enfado y tristeza al mismo tiempo, con el ceño fruncido y las comisuras de los labios bajadas, formando casi un puchero. Después, se cruza de brazos y mira hacia uno de los espejos de la tienda, frustrado.
—Ago, amor, no te enfades.
—No me enfado. —murmulla.
—Ago, joder, que no te enfades. Jo, porfi, porfi, porfi. —ruega con dos manos en posición de rezar y dando pequeños saltitos.
—Te lo perdono si me dejas acabar el dibujo.
—Agon-
—Uno rápido, mira. —agarra de nuevo el lápiz y una de las muñecas de Raoul, poniendo su brazo cara arriba. —Solo un par de trazos y...
—No me lo puedo creer. —señala, mirando el dibujo que acaba de terminar el moreno. —¿Otro culo? ¿Otro puto culo? ¿Tantas ganas tienes de follar?
—Raoul, ¡joe! ¡Que no es un culoooooo! —se enfurruña. —¡Es tu parte de la llave!
—¿Que llave? ¿De que hablas?
Agoney para en seco y abre mucho la boca. Se queda así treinta segundos y después lleva la mano derecha a su boca, aún con el lápiz entre los dedos y los ojos casi fuera de las cuencas, reflejando toda la decepción que siente en ese instante. La gente, ajena, sigue su curso ajetreado.
—¡¿ME ESTÁS DICIENDO QUE NO TE HAS LEÍDO LARUTÁN ATNIT?! ¡¿Te estás quedando conmigo?!
—Pfff —resopla. —No tengo ocho ojos ni los días duran más de veinticuatro horas, cariño. Si tuviera tiempo y manera lo habría echo.
—¡Me dijiste que el primero sí lo leíste!
—¡Y lo hice! Pero, hasta ahí. Me quedan tres, ¿no? Pues los leo el lunes en el tren y listo.
Agoney le dedica una mirada asesina. Sabe que si Raoul promete Raoul cumple, pero necesita comentarlo ya. Es decir, le acaba de hacer todo el spoiler, solo espera que no se de cuenta demasiado rápido (aunque se lo merece, porque él también le había hecho spoiler de Stranger Things, en su momento).
—¿Tu te crees que eso lo puedes leer en cualquier parte? ¿Quién eres, Spiderman? ¿Tienes super poderes? —Raoul hace un intento de hablar, pero su novio de frena en seguida. —Como sé las respuestas, ya te ahorro el comentario. Léelo con calma, por favor. No te lo arruines.
—Tu sí que me estás arruinando el día.
—¿Perdona?
—Hombre, bajamos aquí a toda hostia porque mañana actúas y te has quedado sin sombra, el de siempre, que eres el de siempre. Y, cuando llegamos aquí, no solo me dejas en ridículo pintando culos, que, por favor, ya no tenemos once años, si no que también me haces todo el spoiler de un fanfic. —Se cruza de brazos y le mira fijamente. —A ver, ¿algo más? Porque si es así avisa, eh, que voy más preparado.
—No te soporto.
—Yo a ti tampoco.
—Bien.
—Genial.
—Maravilloso.
—Estupendo.
—Espléndido.
—Apoteósico.
—Eh... Me he quedado sin palabras, joder. —refunfuña.
—Te pasa por listo.
—¿Yo?
—No, mi tía, pobrecilla, que no tiene culpa de nada.
—Aún encima tienes el humor oxidado... —para un momento y ríe a carcajadas, mientras se ponen a la cola. Raoul lo mira y espera, pero no dice nada. Agoney se desespera. —Coño, oxidado, es un chiste, ¿lo pillas? Porque en Larután...
—Me piro.
—¡Raoul!
—¡Me piro!
—Muy bien, suerte para entrar en casa. —alza las cejas y sonríe victorioso.
—¡Gracias! —y, entonces, Raoul levanta un manojo de llaves y Agoney comprueba que, efectivamente, se las acaba de quitar. —¡Suerte con tus culos!
Gruñe enfadado. Otro punto para Raoul.
Si algo debería haber aprendido era a no desafiar al maestro, aunque las normas se las pasara un poco por la marca de Raoul.
Y siempre, absolutamente siempre, acaba perdiendo.
Aunque jura que a la próxima cobrará su venganza.
Esto lo iba a subir ayer, pero a Wattpad se le dio por borrarme la historia, en fin. Dejadme fics que queréis ir viendo por aquí, anda. Que quizás los pencos de esta historia se los han leído y les apetece comentarlos. 😏
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¿Quién cojones es Wattpad? • RAGONEY
FanficLa noche del último concierto de la gira ha sido muy intensa, y todos desean ya acurrucarse entre las suaves sábanas de su cama. Todos menos Agoney, quién entra a trompicones en la habitación de Raoul y le explica que acaba de oír una conversación d...