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En este interminable viaje, te conocí a ti, la dueña de mis risas, de mis alegrías, te besaré a ti que ya no estas.
Anhelo los borrosos recuerdos del ayer que están impregnados en la habitación, mis lágrimas no paran, mis sonrisas te las seguiré dedicando a ti que ya no estás, my lady.
Y cada vez que esté mal miraré el cielo pensando en ti, no te angusties; no te olvidare.

Jamás...te lo prometo.

E.V.

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