Capítulo 13

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Chika

Un agradable sonido es el que me despierta ''el cantar de los pájaros''. Cuando intento levantarme siento que parte de mi cuerpo no me responde, es ahí cuando observo de quién y de cómo se trataba.

- Riko, ya amaneció ¿sabes? y gracias a ti no siento parte de mi cuerpo.- volteo a observarla y solo me encuentro con un agradable rostro adormecido plácidamente.

No hay respuesta alguna, solo un rotundo silencio de su parte.

- Chika, ¡ya amaneció! ¡despierta!.- grita desde el otro lado Mari con su clásico acento.

<<No grites, maldición>>

- ¿Porqué la necesidad de gritar? No lo entiendo.- menciona aún adormilada, frotándose los ojos con delicadeza. 

- Lo mismo me pregunto.- acomodo moderada su alterado cabello rojizo. 

- ¿Qué hora es, sabes?.- demanda lanzando un vago bostezo.

-No, pero estoy segura de que debemos salir de aquí.

Riko se levanta, al hacerlo noto que a simple vista su panti se ve destrozado, aparte de que hace un frío fatal. Imito la misma acción, optando por darle ropa de cambio para que vaya cómoda hasta su grupo. 

- ¿Porqué la ropa?.- cuestiona confusa.

- Tus pantis están en la ruina, aparte el ambiente en esta mañana es algo gélida.- le entrego un buzo oscuro para ser más exactos.- Deberías cuidarte más y lo sabes.

- Gracias.- recibe el buzo y se acerca otorgándome un caluroso beso en los labios.- Te amo.

- Te amo.- le devuelvo el gesto aun más ardiente que el anterior.

Al separarnos, le doy su espacio para vestirse mientras yo me dirijo al grupo y en lo último que planea hacer antes de que todo acabe por fin.

- Buenos días, Mari, Ruby.- me dirijo a cada una, sentándome en una roca aparte, esperando sus ideas para este día.

- Para ti debió ser el mejor día ¿no?.- arquea una ceja al preguntar.

- ¿Cómo ... ?.

- Kanan vino hace media hora preguntando por Riko.- explica Ruby.

- Debí imaginarlo.- hago un gesto de molestia.

- Cómo que ''Debí imaginarlo''.- me reprocha. 

Mari me da pequeños golpes en la espalda tras su molestia, mientras que yo intento esquivarlos torpemente.

- Oh vamos, no puedes molestarte, Kanan vino ¿eso no es bueno para ti?.- respondo mofándome de mi mayor, que a su vez me lanza más de sus pequeños golpes.

- Lo peor es que es cierto.- forma un puchero.- Te lo agradezco.- se cruza de brazos.

Ruby observa divertida la situación hasta que menciona haber escuchado una voz por parte de mi carpa. 

<<Mierda, Riko>> 

- Bueno, ahora que lo saben será más sencillo salir ¿no?.- observo suplicante a la jefa del grupo.

- La acompañarás ¿verdad?.- asiento ante su pregunta.- procura no tardar en venir hoy se define todo. 

- Gracias Mari, como recompensa lograré que Kanan y tu tengan una cita.- sonrío.

- Just get out.- voltea la mirada cruzándose de brazos.

- Déjamelo a mi, descuida.

Dicho eso me dirijo a la carpa nuevamente, donde encuentro a una tierna y a la vez sensual Riko. Como lo imaginé, el buzo le queda grande. Por lo que se remanga ambos lados del brazo.

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