Capítulo 4: “Colorín colorado, él asesino ha hablado”
Hay mucho frío, a pesar de que tengo las ventanas cerradas y con una sabana en todo mi cuerpo, hace frío.
Me levanto para subir la temperatura al aire acondicionado. Una de las ventanas está abierta, específicamente la del balcón.
—¿Crees que no lo sabía?—la voz de Alice hace que todos mi cuerpo le de un escalofrío.
—¿Qué haces aquí?—pregunto secamente.
—Vengo a hacer un trato.
—¿Qué quieres?—me siento en la silla de mi escritorio.
Ella se encuentra en el sofá rojo de cuero. Tiene las piernas cruzadas, sus labios pintados de rojo son muy notorios en la oscuridad.
—Quiero que te vayas lejos de aquí.
Mi risa se escucha perfectamente en la oscura y ahora, cínica habitación.
—¿Por qué tendría que aceptar esa petición?—pregunto.
—¿Sabes de qué me enteré? Que hace ya un tiempo, una niña mató a sus padres.
Me lanzó una mirada satisfactoria.
—¿Cómo sabes eso?—pregunto alterada.
—La última vez que vine, me escabullí a la oficina de tu hermano. Dejó su caja fuerte abierta, encontré tus datos.
El caso de mis padres todavía no ha sido cerrado. Y con 15 años ya puedo recibir penalidades.
Me levanto de mi silla y me dirijo a la puerta que parece una ventana del balcón.
La cierro con seguro.
—¿Por qué exactamente eso?—le pregunto.
—Me opacas—dice fría—. Siempre eres mejor que yo en todo, exceptuando por las notas. Pero eres siempre la más bella, la más sociable, la más educada. Me opacas, sin ti, yo gano.
—Parece que tu inteligencia es nula en situaciones de la vida—digo vacilante.
—¡Claro que no!—me grita molesta—. Por algo estoy aquí.
Le sonrío.
—Entonces fue mala idea venir aquí sola.
—No te tengo miedo, idiota.
—Sería una lástima que mami y papi supieran la perra desgraciada que es su hija. ¿No crees?
Se levanta rápidamente y sin pensarlo de acerca peligrosamente a mi.
—Tu no sabes nada—dice a la defensiva.
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Ivye ©
Teen Fiction"No todas las historias tienen el mismo patético final". «Sí la ves cerca, corre. Sí ves que te habla, no digas nada y vete. Sí te pregunta algo, miente. Sí es amable contigo, témele. Sí te enamoras, date por muerto. Nadie se escapa de sus garras, n...