Apocalipse: El Comienzo

Capítulo 1: Kelly

Capítulo 1: Kelly

2 de agosto, año 2100. Querido diario:

Corro, corro porque mi vida depende de ello. Estoy siendo perseguida por montones de Selfkills, y me quedan solo 2 balas. Thomas está a mi lado, mi rubio amigo está lleno de sangre seca y tierra, al igual que yo. Un Selfkill lo ataca brutalmente y lo muerde, ahora se que mi amigo está infectado. Recuerdo la promesa que le hice cuando entramos juntos a este grupo -" si uno de esos monstruos me muerde, dispárame en la cabeza"-. Quiero salvar a mi amigo, pero se que es muy arriesgado, por lo que hago lo que me pide. Faltan kilómetros para llegar a El Domo por lo que decido hacer lo mismo que le he hecho a mi amigo. Entro a un edificio abandonado, me escondo en uno de los cuartos y, llorando, me disparo.

Despierto sobresaltada y llena de sudor. Comienzo a llorar desesperadamente y agarrando con fuerza las sábanas de mi cama.

-¿Sammy? ¿Que pasó linda?- dice Thomas mientras baja de su litera.
-T-Thomas... Soñé que debía matarte, fue horrible-
Él se acerca y me abraza -tranquila, Sam. No voy a permitir que cumplas la promesa que me hiciste y lo sabes. Siempre estaré aquí para ti- acaricia mi cabello de la forma en que me encanta que lo hagan.

Tom y yo somos amigos desde que tengo memoria. En la explosión nos llevaron juntos al fuerte donde se refugiaban los niños. El tenía tan solo un año en ese entonces, y yo era una bebé de 5 meses.
Fuimos creciendo juntos. Recuerdo que a los 5 años me quedé sin la ración de comida que nos daban porque se me cayó al suelo. Todos me dijeron que era una tonta, pero él me compartió del suyo. Desde eso que somos mejores amigos, nos apoyamos en todo. Lo conozco como la palma de mi mano y el a mi. Thomas es como un hermano para mí, no se que haría sin él.

Si te preguntas cómo es mi amigo, pues te diré que es muy guapo. Su cabello es dorado como el sol, sus ojos son verdes, su nariz aguileña, sus labios carnosos, es alto (mide 1,90... Bastante mas alto que yo) y de contextura delgada, pero tiene músculos bien marcados. Todas las chicas de el área suspiran cuando el pasa, pero a él no le interesa ninguna de ellas. No es que las ignore, creo que a las chicas también se enamoran de él por su amabilidad, pero a el nunca podrá gustarle ninguna, porque es gay. Me lo confesó cuando teníamos 15. Tom estaba muy asustado por mi reacción, pero a mi no me importó en absoluto porque eso no lo iba a hacer mejor o peor persona y amigo. Si te lo preguntas, el nunca se ha enamorado de nadie, porque no se lo permitirían.

Tommy es un tanto inseguro, pero trata de no demostrarlo. Siempre alegra el día de la gente ya sea dándoles un cumplido, ayudándolos en sus tareas o sonriendo. El siempre está dispuesto a ayudar, es una de las razones por las que lo quiero.

-debes levantarte, hoy es día de asamblea- dice separándose de mi
-bueno... Pero antes dame un besito- digo inflando mis mejillas para que queden como las de una ardilla regordeta de esas que aparecen en los libros antiguos, porque si ahora ves una ardilla debes tener cuidado de que te muerda con sus grandes dientes o te rasguñe con sus uñas moradas.
Tom me da un beso en la mejilla y se va.

Me levanto hacia el baño y me doy una larga ducha, enjabono mi cuerpo y lavo mi largo cabello, me hace gracia que se oscurezca tanto cuando lo mojo. Luego de eso, me pongo el uniforme del grupo, que consiste en una camisa manga corta color gris oscuro y un pantalón corto del mismo color.

Como todos los días, hace muchísimo calor, por lo que agradezco que el uniforme sea corto. Encuentro a Kelly en el camino y me uno a ella. Kelly en una chica delgada, bajita y tiene un lindo cabello castaño y unos lindos ojos azules.
-buenos días Sam, ¿como has dormido?- dice con su dulce voz y una sonrisa igual.
Le sonrío de vuelta y respondo -hola Kelly, he dormido bien ¿y tu?- digo obviamente mintiendo, puesto que he dormido como la mierda, pero no es necesario que ella lo sepa.
-bien también... Sam, quiero preguntarte algo-.
-claro, dime-
-pues... Tu y Thomas... ¿Son novios?- pregunta de manera insegura y sonrojándose.
-no, solo somos amigos. ¿Te gusta?-
-si...- dice ella mas roja todavía.
-¿sabes? Escuché que a Colin le gustas- era cierto, y servía como excusa para alejarla de Thomas, porque no quería que mi amigo tuviera que darle una incómoda charla o contarle su secreto. A demás, Colin era un buen chico, podrían hacer una linda pareja.
Ella abrió los ojos como platos y comenzó a abrir y cerrar la boca sin saber que decir. Luego de eso, se disculpó y fue corriendo a buscar a Colin.

Llegué al Salón Gris, como lo llamábamos porque aquí se hacían las reuniones de mi grupo. Me senté en mi asiento correspondiente al lado de Tom y esperé a que empezara la reunión. Fue lo mismo de siempre: el saludo cordial, el video de La Destrucción, los avances -que en realidad no eran nada, porque no habíamos encontrado ningún indicio de cura- el recordatorio del objetivo y la despedida. Eso era lo que decían todos los sábados antes de salir a explorar.

Luego de eso, tomamos el auto, nos acercamos a La Puerta -que es la única entrada y salida de El Domo- pasamos la lista y salimos a recorrer. Los sábados siempre son un recorrido leve, no nos alejamos más de 10 kilómetros de La Puerta, lo que significa que solo vemos edificios viejos y en mal estado.
Los Blancos, que son los encargados de buscar gente, salen al igual que nosotros.
Tom sale junto a mí, puesto que el es mi compañero -todos tenemos uno, porque es arriesgado salir solo-

Corremos 5 horas y luego volvemos. Tengo mucha hambre y se que Thomas igual. Los demás van llegando poco a poco. Veo la hora, son las 10:00 pm, por lo que las puertas se están cerrando justo ahora.

Después de comer, nos dirigimos a nuestros dormitorios. Vamos a mitad del camino cuando empieza a sonar la alarma, lo que indica que debemos reunirnos inmediatamente en el salón. Thomas me mira confundido y hago lo mismo.

Cuando llegamos al salón, encuentro a Colin con cara triste.
-Colin, ¿que pasa?- pregunta Tom antes de que yo dijera lo mismo.
-chicos... Kelly no llegó-.