CAPÍTULO #10:

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- No la iré a dejar todavía.
- ¿Qué?
- Eso, no la quiero ir a dejar.
- ¡Pero se tiene que ir!, ¿Qué hay de la cita que acordamos?
- La dejaremos para más tarde, Perrie - dije frotándome los ojos.
- ¡Agh!

Cuando se fue mire a mi costado, no me había dado cuenta que Sophie ya estaba despierta.
La vestí con la misma ropa del día anterior. La baje de la cama y deje que jugara mientras yo iba a bañarme.

Estaba poniéndome las zapatillas cuando sentí caer algo al suelo y a Perrie gritando.
Salí de la habitación y fui al living.

En el suelo, los restos del jarrón de Perrie estaban esparcidos. Perrie regañando a Sophie y ella apunto de echarse a llorar.

- ¿Que paso?
- ¡Lo ha tirado al suelo! ¡Llévatela!
- Lo ha hecho sin intención - dije sentándome y poniendo a Sophie sobre mis piernas.
- Claro, como no.
- ¿Con que intención lo tiraría, Perrie?
- Pues no lo sé.
- Ves, si no sabes no hables. ¿Te paso algo princesa? - le pregunte a Sophie mientras la examinaba para ver si tenía algún corte.

Ella negó con la cabeza y me miro con pena.
Tenía los ojos un poco más oscuros de lo normal y los tenia aguados.
Sabía que quería llorar, pero no lo hacía.
________ siempre era así de pequeña, no lloraba frente a su madre ni a su padre, excepto por sus pesadillas y el miedo que algo le saliera del armario.

- ¿Que no me estas escuchando?, que te la lleves.
- Esta también es mi casa, puedo tener aquí a quien se me da la gana.
- También pago la renta, así que tengo derecho a exigirte un par de cosas. Ahora llévatela, no la quiero aquí, ¿Qué pasa si rompe algo más?, no, no. ________ tendrá que pagarme el jarrón.
- ¿Te has vuelto loca?, _______ no tuvo la culpa, no tiene por qué pagarlo. Fue un accidente, los accidentes pasan - dije levantándome del sillón.

Descolgué mi chaqueta y me la puse, afuera seguía haciendo frio.
Tome las llaves del auto y a Sophie.

- ¿A dónde vas?
- No te importa.

Salí del edificio y me monte en el auto.
Puse a Sophie en el asiento de copiloto y le puse el cinturón para afirmarla bien.

- Quieta, ¿Si? -le sonreí.
- Si -me sonrió.
- Buena niña.

Encendí el motor y arranque.

Estacione en un lugar vacío en el centro comercial.
Me baje junto a Sophie y entramos.

- ¿Quieres que te baje? - le pregunte mientras caminábamos.
- Nop - dijo a la vez que movía la cabeza de lado a lado.
- Okey -sonreí.

Seguimos caminando, Sophie me había pedido galletas, dulces y esas cosas.

En el centro comercial había una tienda de la marca 'Barbie', nunca me gusto, siempre había niñas gritonas, colgándose de los pies de sus padres o haciendo pataleta para que les compraran una. Y también por que ahí había una tienda de autos de juguete y cuando niño la reemplazaron.


Sophie quedo mirando adentro.
Le sonreí y la puse en el piso.

- Ve adentro -le di un empujoncito para que caminara, pero no hizo caso -. Anda, yo te sigo -le sonreí.

Esta vez corrió adentro de la tienda.
Pase por el lado de una niña que le rogaba a su padre que le comprara una.

- ¿¡Por qué él le compra una a su hija y tú no a mí! vamos cómpramela!
- Por qué no, andando.

El hombre la tomo de la mano y se la llevo arrastrando, mientras yo reía.
Entre y no había ni un hombre, estaba lleno de mujeres, las cuales me miraban raro.

- ¿Sophie?, ¿Sophie?... ¿¡Sophie!?... se me perdió -susurre y comencé a caminar por los pasillos.


No la encontraba por ninguna parte.
Me asustaba la idea de que alguien se la haya llevado o que se haya ido a otro lugar.
Seguí buscándola pero no aparecía.

Mierda _____ va a matarme. -pensé

Ya no me quedaban uñas para morder, estaba nervioso.

- Mierda, mierda, mierda...
- ¡Papi! -gritaron a mis espaldas.
- ¡Ahí estas!, ¿Dónde te habías metido? - me acerque a ella y me puse en cuclillas para estar a su altura.
- ¡Esta, esta! - me mostro una muñeca mientras daba saltitos.
- Uhm, está bien -dije volviendo a ponerme de pie, ya un poco más calmado-. Vamos, hay que pagarla, linda.

La tome de la mano y fui con ella hasta la caja.
Pague la muñeca y me entregaron la bolsa. Sophie no me dio tiempo de tomarla pues se me adelanto.
Salimos de allí y comenzamos a caminar nuevamente.

- Tengo hambre, ¿y tú?
- también - balbuceo.
- Te estas poniendo igual que Niall -reí.


Fuimos hasta el patio de comida.
Estábamos llegando cuando comenzó a apuntar a alguien.

- ¿Qué pasa? - le pregunte.
- ¡Mami! - decía mientras apuntaba a la chica que se nos acercaba.

La mire y no pude evitar recordar el sueño.
Si seguía recordándolo estaría en problemas.

Maestro de Sexologia 2° Temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora