El frío calava sus huesos mientras caminaba por la solitaria calle. A las tres de la madrugada, y con ese frío, a nadie se le ocurriría salir, solo a ella.
Apretaba el paso mientras encendía un cigarro. Sus pisadas, cada vez más rápidas, la acercaban a su objetivo.Ella, encerrada en su habitación. Tapada hasta la cabeza y hundida en sus pensamientos, lloraba desconsoladamente.
En la mente de la castaña pasaban demasiadas cosas que no podría expresar en palabras, pero todas se podrían resumir en dolor.La morocha freno, tiro la colilla del cigarrillo y suspiro. El nudo que llevaba en su garganta y que no le permitía respirar con tranquilidad se ajusto, pero ella intentó sonreír y camino hacia la entrada.
Desde dentro de la habitación se oían pequeños sollozos. Al cabo de unos minutos, esa puerta se abrió, y la castaña se vio envuelta en unos fríos y a la vez cálidos brazos.
La morocha veía por la ventana las dos siluetas abrazadas de la habitación. Aún sonriendo, una lagrima rodó por su mejilla.
-Tal vez otro día será.
Se dio la vuelta y encendiendo otro cigarro volvió sobre sus pasos alejándose de la que algún día fue su castaña.
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Historias de Amor y Decepción
Historia CortaEl Amor nunca es fácil, hay veces que es hermoso... y otras doloroso.