Capítulo Uno.

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-¿Cómo están los niños Spencer? -.

Deje el papeleo que estaba haciendo, levante la vista de las pequeñas letras que estaba leyendo. Sonreí un poco, tome la pluma con ambas manos y gire la silla. -Muy bien, Gracias por preguntar Hotch. Están emocionados porque mañana vamos a Seattle...

De pronto su mirada se puso triste. -¿Ya tan pronto van a ser cinco años...?

Giré la vista, reprimiendo mis lágrimas. -Si ya van a ser cinco años... La extraño. -

-Jack y yo también la extrañamos demasiado, hace falta su presencia en mi casa... -Igual recobró la compostura. -¿Me prestas a los niños está tarde?

-Claro, ellos van a estar felices de ver a su abuelo. -Acomodé las hojas y las guarde en su respectiva carpeta. -Clara no tarda en llegar con ellos.

-Los dejo en tu casa a las once, gracias. -Acomodó su corbata y se fue.

Me quede sentado, observando con detenimiento una foto que tenía enmarcada de _____ y yo, los dos nos veíamos tan felices... Pero en ocasiones sentía que no quedaba rastro de eso, hasta que llegaban mis dos pequeños rayos de luz.
Al final de todo, ella me había dejado una parte de si en ellos. Una pequeña parte que no me dejan undirme en depresión, que era lo que hacía que pudiera despertar sin ganas de morir.

-¡Nina! -Escuche a lo lejos una pequeña voz que me levanto el animo en segundos.

-Hola mi amor -Vi como Emily levantó a Ilay fácilmente en el aire. -¿Cómo te fue en la escuela?.

Ella sonrió sujetando su pingüino. -Muy bien, a mi y a Aarón ya nos quieren enseñar Álgebra. -Pego su mejilla con la de Emily.

En eso entro Rossi con Aarón en los brazos. -¿Sabes Reid? Creó que ellos van a salir incluso más listos que tú y que la enana juntos.

-¿Quién es la enana padrino? -Aarón lo miró con desconcierto.

Morgan soltó una pequeña risa. -Así le decíamos de cariño a tu mamá... -Ilay volteo rápidamente con los ojos iluminados.

-¿Por qué nino? -Ella se inclinó a hacía Morgan.

-Bueno... Es que ella lucía muy pequeña al lado de tu padre. -Morgan le sonrió y luego la dejo en mis brazos.

-oh... Es que papá si es muy alto -Ilay me sonrió.

Sentía como esta plática solo lastimaba más la herida, por lo que decidí cambiar de tema. -Su abuelo los quiere llevar por un helado, ¿quieren ir? -Miré en la dirección de Aarón, estaba platicando con García. Y apenas escucho la palabra "helado" se abalanzó hacía mí.

-Siii, yo quiero. -Abrazó mí pierna. -Apenas sé lo estaba pidiendo a mi madrina.

-¿Quieres helado? -Escuche a Hotch detrás de nosotros.

Ilay dió un brinco en mis brazos, era de las pocas veces que la veía emocionada. -¡Abuelooo! -Los dos gritaron al mismo tiempo.

-Hola pequeños, ¿listos para una tarde con su abuelo favorito? -Los cargo a ambos.

-¿También irá el tío Jack? -Preguntó Aarón.

-Si, él también los espera ansioso. -Les sonrió.

Ambos sonrieron, pero él que se apresuró a hablar fue Aarón. -Vamos ya, quiero ver a mi tío. -Suplicó con ambas manos.

-Vamos entonces. -Hotch les sonrió. Observamos cómo los bajo con mucho cariño, mientras que los tomaba de la mano y los sacaba de la oficina. -Nos vemos en la noche Spencer.

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