¿QUÉ SOMOS?

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Puse mi mano en su entrepierna pero esta vez sin sentido sexual, era un objetivo más bien tierno y ella lo capto sonriéndome con ternura, me lanzo un beso al aire, ¿Increíble no?. Pueden decirme mentirosa, pueden decirme arpía, cruel, ilusa... Pero estaba viviendo los mejores momentos de mi vida con una mujer que ni siquiera era de mi edad pero ¿Y eso qué? ¿Puede ser mi mamá y qué? ¡La quiero! Y es lo importante ¿O me equivoco? ¿Cuándo la edad ha sido un inconveniente?.

Paramos en el supermercado, a comprar todas las cosas.

-A ver... ¿Te gustan los mariscos?.

-No, me gustan las Milas. Me dijo al oído.

-Carcajadas-.

-En serio dime, ¿Te gustan?. La miraba mientras no paraba de reírme.

-Me encantan. Continuaba riéndose.

Pensé en hacerle de mis camarones al ajillo, compramos una bolsa de camarones, pan y perejil, lo demás estaba en su apartamento. Era tan lindo, las dos en un supermercado alejado de todo, ¿Quién nos iba a encontrar? Y por suerte, no encontramos a nadie conocido y siendo así de seguro inventábamos alguna excusa por la cual estar juntas.

Llegamos de nuevo a su apartamento y la pasamos genial, vimos una película hicimos el amor repetidas veces hasta que llego la noche, comencé a prepararle la cena mientras ella se divertía jugando Xbox ¿Parecía una niña no les parece? A de ser eso que me gusto tanto.

-¿Cómo va la princesa?. lauren, mientras me sujetaba la cintura.

-Aquí mas o menitos.

-¿Mas o menitos? ¡Pero si el olor me paro de el puff!. Tengo hambre. Me hacia pucheros.

-Ya casi va a estar, siéntate. La solté de mi cintura y me hizo caso.

Se sentaba mientras ponía los cubiertos en la mesa, parecía una niña, hacia pucheros, me miraba se reía, agarraba los cubiertos y gritaba ¡Comida, comida, comida, comida!. Yo moría de la risa en la cocina mientras trataba de agilizar todo para que la "bebe" comiera.

-¡Pero!... Con la boca llena alzaba sus cejas mostrándose impresionada. -¡Mmm! Que... Rico-o-o-o. Con la boca totalmente llena.

-No hables con la boca llena ¡Cochina!. Me reía.

-Perdón mamá. Agrego.

-Risas-.

-Deberías estudiar cocina. Decía Lauren

-¿Qué? ¿Tan mal me quedo que ya me mandaste a estudiar?. Le levante una ceja y la mire fijamente.

-No, no, no. -Risas- Si eres tonta, lo digo porque cocinas excelente y serias una chef de envidia total.

-¡Mmm! Bueno... Me reía.

Se inclinaba en la mesa y me daba besos en la mejilla, nos divertíamos juntas, era fascinante todo iba bien. Estar juntas, la cena, los juegos, las risas hasta que ¿Bueno qué? Todo no es risa y diversión...

-Tocan la puerta-.

-¿Quién es?. Grita Lauren aproximándose a la puerta.

-¡Yo!. Sonaba muy amigable, la voz de una mujer.

Lauren abrió la puerta, y al mismo tiempo abrió su boca se quedo perpleja, asombrada, inquieta.

-¡Hola-a-a! Dijo sin minímo esfuerzo en ser agradable.

Abrazo a una mujer de unos 30 y algo de años, muy femenina y coqueta, morena de cabello oscuro, mas operada que Madonna, el culo, las tetas, era una explosión de sensualidad.

MUCHO GUSTO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora