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Esperando a que tus labios me desvistan, 
a tu lengua, 
todos tus besos te dicen: "no pares".

No podía apartar la vista, aunque quisiera no podría, ver al joven frente a él bailando de esa manera tan sensual lo tenía completamente cautivado, Johnny respiró profundamente; había contenido su respiración sin siquiera notarlo, no había parpadeado en todo ese tiempo pues tenía miedo de perder el más mínimo movimiento.

Las delgadas caderas siendo movidas al ritmo de la melodía, la forma tan provocativa en la que Taeyong había levantado su camisa revelando su vientre firme y liso, nada de eso pasaba desapercibido para el americano.

Sus manos cosquilleaban ante el pensamiento de poder colocarlas sobre él, acercarse tanto que no hubiera espacio que los separara; se imaginó tocando de forma delicada sus clavículas que eran expuestas y gritaban por ser besadas, ese delgado y largo cuello que estaba seguro se vería mejor con una marca suya, podía imaginar el delicado cuerpo de Taeyong temblando de placer y aquella imagen solo podía incrementar su excitación.

Sabía que tenía poder sobre el mayor, quería dejar de lado los juegos y saltar a la acción, por lo que de manera lenta pero segura se acercó a él, Johnny mantuvo el contacto visual sin romperlo en todo ese tiempo, Taeyong  se detuvo enfrente de él, bailó sin restricciones, dejó que sus manos viajaran por su cuerpo, tocando de forma lenta su pecho, sus pies se movían de forma rápida acercándose y alejándose de Johnny, dejándolo con ganas de más.

No pudo seguir sin hacer nada, se levantó de forma inmediata dejando caer de forma estrepitosa la silla en la que estaba sentado, Taeyong no se inmutó cuando lo tomó de los brazos y lo acercó a su cuerpo, sabía que encajaba a la perfección con él, guiñó de forma juguetona su ojo y empezó a moverse de forma lenta y tortuosa sobre el mayor.

—I love it when you call me señorita

Canto en voz baja en el oído del mayor, se sintió atrevido y mordió levemente su lóbulo sacándole así un pequeño ruido lleno de satisfacción.

—Señorita —murmuro despacio dirigiendo su mano hasta la nuca donde acarició el rubio cabello y le dio un leve jalón, Taeyong estiró el cuello y suspiró al sentir los labios de Johnny sobre su piel.

Dejó que su lengua recorriera de forma lenta el cuello ajeno, saboreando la casi imperceptible capa de sudor que lo cubría después de tanto bailar aquella noche.

Se acercó hasta rozar sus labios, se detuvo cuando estuvo a milímetros de juntarlos en lo que sería un apasionado beso, Taeyong mordió su labio inferior en un intento de provocarlo, casi surge el efecto deseado pero Johnny se mantuvo firme. Estaba dispuesto a hacerlo perder la paciencia, quería ser testigo de sus límites, quería que rogara por su toque, por sus besos, por sentir su cuerpo sobre el suyo.

Taeyong sabía lo que planeaba y mentiría si dijera que no le emocionaba la idea de estar bajo el dominio de Johnny, por experiencia propia sabía que cuando su lado dominante salía a flote significaba placer absoluto, lo podía sentir. Johnny sobre él manteniendo un ritmo acelerado, logrando que respirara entrecortado, sus caderas moviéndose con insistencia, golpeando su punto de placer pero retirándose antes de llegar al clímax, negándole el tan anhelado orgasmo.

Negó con la cabeza y con fuerza empujó el cuerpo del mayor, quien abrió los ojos sorprendido, el pequeño gatito quería dar batalla y aquello lo emocionaba, Taeyong guío sus manos hasta su cabello donde lo peino hacia atrás, dejó que estás rodearán su cuello y bajaran delicadamente hasta su estómago, dejó que se colaran dentro de la delgada tela y acarició su cuerpo de manera sensual, acompañado de la melodía que tarareaba bajito.

Señorita [Johnyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora