0NE. ✧

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le había repetido cientos de veces que no lo hiciera.

esa sería apenas la tercer copa de alcohol que tomaba en lo que va de la noche, y sin duda la última mientras yo esté presente consigo. no quisiera volver a oír los regaños de su madre frente a tanta irresponsabilidad como bien ella lo llamaba.

de todas formas...

nunca entenderé por qué hoseok es así. para nadie fue noticia el hecho de que tomar alcohol jamás sería lo suyo, y quería, al parecer, por arte de magia cambiar todo de un día a otro y poder escupir en mi cara la frase tan soñada de mira, taehyung. el alcohol no pudo conmigo esta vez, estoy perfectamente bien, aún consciente de que no aguantaría ni el cuarto vaso sin correr al baño como ahora lo hizo.

y por supuesto y como no, yo reía. verlo abrazado al retrete como si fuera un combo de hamburguesa con sprite en descuento, mientras balbucea idioteces. claro aquí estoy yo para ayudarlo, como un buen amigo de toda la vida. pero es gracioso sin duda alguna.

— ¡no te quedes ahí! ven, ayúdame a cargar esta obra maestra...

— hoseok, ¿de qué diablos estás hablando?

— ¿acaso estás ciego de una fosa nasal o no me estás escuchando? — volvió a soltar bajo, sosteniéndose del retrete como un koala.

— hyung, estás abrazando un maldito retrete.

— cierra el pico, no insultes a mary...

— ¿pero qué d—

— shsss, no lo escuches... — pasó su dedo índice frente al baño, deslizándolo hacia abajo con lentitud. — es un idiota que te tiene envidia. — y nuevamente soltó una risa juguetona, seguida de un hipo.

— ya, hoseok. nos estamos perdiendo toda la fiesta por tus momentos de mala influencia.

— cállate, no soy ningún tipo de mala imagen para nadie... — defendió lento.

— ¡acabas de vomitar y ponerle nombre a un retrete, maldición!

— bueno, ya, pero no me grites...

se levantó como pudo de donde se encontraba, fallando unas 3 veces en el intento de no tropezar y toparse con el suelo. lo sostuve por el brazo como si fuera un niño aprendiendo a andar en bicicleta, hasta el lavamanos donde se dedicó a lavar su rostro y antebrazos.

— ¿ves?... ya estoy bien.

— ¿cuántos dedos tengo aquí? — elevé 2.

— catorce.

— santo dios... ¿¡qué carajos hoseok!?

rió y continuó su camino de vuelta a la pista de baile.

repleta de personas en su mayoría desconocidas, algunas bailando el hit de estas últimas semanas mientras que otros sólo se dedicaban a mirar su teléfono móvil. por allí al fondo alguna pareja besándose, o simplemente algún amigo intentando salir de la friendzone... o quién sabe, a lo mejor entrando en éste.

— ¿sabes si namjoon iba a venir? — hoseok, quien se había apartado del centro de la pista se acercó a mí. me calmé al verlo con un vaso de agua en sus manos.

— ¿y yo que sé? no tengo idea, pero probablemente sí. ese chico está en donde sea, más si se trata de fiestas, alcohol y lindas chicas. ya sabes.

— ¿y yoongi?

— me preguntas las cosas como si fuera el amo del destino. pero está bien, metiéndome en el papel de uno te respondería que... — abulté mis labios hacia afuera posando mi mano en mi mentón, imitando la pose de un pensador más bien filósofo. — diría... que no, no viene, ¿y sabes qué? mejor para mí. — repliqué. nos alejamos un poco más de la pista, y nos sentamos en una de las mesas cerca de la puerta de entrada del establecimiento.

city lights © taeggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora