Él estaba en una cita, luego de tanto tiempo. Se sintió un poco fuera de lugar. Reflexionando, no encontró muy sano sentirse más cómodo en una balacera o una persecución, con Danny, y la adrenalina corriéndole por las venas, que en una cita, con una hermosa mujer.
Suspirando, se preguntó por qué. Steve, parpadeando, observa a Diana, y se da cuenta que la chica parecía estar esperando una respuesta de su parte.
—Steve ¿me estás escuchando?
—Lo siento, me perdí en mis pensamientos por un momento, ¿qué decías?
Ella lo observaba sonreírle, un poco apenado, y suspira, encantada con McGarret.
—Solo quería recordarte que significomucho lo que hiciste por mi familia. En serio. Eres un hombre muyvaliente, Steve. —Dice Diana, mordiendo ligeramente su labioinferior.
Va a contestarle, pero en ese momento llega el mesero y aligera el ambiente. A ella le causa un poco de decepción, pero Mcgarret respira aliviado.
Mientras ve el vino caer en las copas, comienza a preguntarse, qué hace en primer lugar en este restaurante, en vez de estar en casa descansando. O tal vez con Danny y unas buenas cervezas, pasando un buen rato.
Ante el pensamiento, una pequeña sonrisa amenaza sus labios, y los aprieta. Detalla la hermosa mujer con quien comparte mesa. Labial rojo cereza, de labios bonitos que rodean su copa de vino. Ella bebe algo mientras le devuelve la mirada. Sus ojos, de un azul brillante, son seductores para el.
Algo tira de él fuertemente ante ese color. Familiar. Se incomoda un poco e intenta identificar qué. Luego de unos segundos prefiere dejarlo pasar. El SEAL se distrae mirando la lluvia que comienza a caer, chocando rítmicamente con la ventana.
Se siente atrapado de repente. Su carro aún se encuentra en el taller, luego de un caso especialmente fuerte y desastroso.
Hace una ligera mueca. Por mas que lo intentó, supo desde el primer momento lo mal que iría esta cita. Y no le gustaba no poseer un escape rápido.
La comida llega, y la compañía no es especialmente mala, así que Steve disfruta del ambiente, aunque su mente se encuentra a millas de allí. Charlan ligeramente de la familia de Diana, y sus esfuerzos por dejar atrás todo los malos momentos que tuvieron que pasar con el secuestro de la muchacha, y ciertas anécdotas que Steve escuchaba a medias, respondiendo con uno que otro gesto o intervención mecánica. Un punto a las misiones de encubierto 5.0.
Juguetea con sus dedos en una servilleta, y esta vez solo no puede ignorar un pensamiento recurrente. Extraño a Danno. La realización lo golpea como un balde de agua fría y lo deja sin aliento. Al fin lo entiende. De algún modo, todos los sentimientos que alberga hacia su compañero, su ahora mejor amigo... Jesucristo, Steve, piensa, ¿en qué te has metido?
Siente pánico, y alivio al mismo tiempo. El Seal muerde su labio, mientras observa su plato ahora vacío, y se da cuenta. Okey. Sabe que está mucho más que jodido. De algún modo.. Perdidamente enamorado de Danny Williams, su Danny. Porque si no ¿cómo explicar tantas sensaciones? ¿Cómo explica entonces, sus ganas constantes de tocarlo, de sentirlo cerca, de compartir con él.. De sentirse alegre al poder protegerlo?
Mira los ojos azules de su compañera, y se pierde. Pero no en ella, sino en el color familiar. Sabe que no es el mismo, así que lo extraña. Tanto, que no sabe cómo pudo ser tan idiota para no entenderlo antes. ¿Así de ciego estaba?
Él necesita a su Detective Williams. Siempre, luego de un mal caso, o una larga semana; él, su compañía siempre es la mejor medicina de Steve. Su sonrisa, sus gestos tan expresivos. Suspira ante el recuerdo de su pequeño loco personal, y la calidez lo embarga. Su hermosa mirada; las que son especiales para él, por supuesto, siente que ama todas y cada una... Inclusos las exasperadas, y las de "Te quiero matar, grandísimo SEAL loco sin remedio".
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McDanno One-Shot
FanfictionSimplemente, donde Steve McGarret y Danny Williams se aman. Se hayan, o no, dado cuenta de sus sentimientos, al final, son el uno para el otro; terminando muy juntos y muy felices.