1Team One shots.

Flechazo - RuHyun

Jehyun se encontraba de espaldas sobre una nube, leyendo la lista que tenía en sus manos, hoy no eran tantas personas a las que debía unir, ser cúpido era tan agotador.

   El peligris amaba su trabajo, le hacía feliz ayudar a las personas a encontrar el amor, pero aún así sentía una sensación de vacío en su interior. No es que se sintiera solo, tenía muchos amigos en el cielo y de vez en cuando, usaba de sus flechas especiales, esas que se supone que debe usar en casos extremos pero no tiene porque contarle a todo el mundo que las usa ¿no?, sólo lo sabía su mejor amigo Junghoon,  quien también era cúpido pero le correspondía otra ciudad distinta a la de él. Así que, ¿qué era eso que sentía que le faltaba? No lo sabía.

   Suspirando cansado, se levantó y se puso en marcha, había personas que ayudar.

🍒

    ── Veamos, ── se detuvo un momento  ── Jin Sungho ahora debería estar en su clase de..── dio vuelta la página  ── matemáticas, pero ¿dónde diablos está? ── gruño molesto el chico cupido, llevaba dos horas revisando aquel Liceo, no había encontrado al tal Sungho en la clase de química y tampoco estaba en la de matemáticas, ¿se habrá escapado a su casa? Sabía que había estado en la primera clase pero ¿quién vendría al Liceo sólo a una clase?

    Bufó, éstos jóvenes de ahora le hacían hacer doble trabajo, nunca estaban donde debían y él tenía que andarlos buscando por toda la ciudad.

   Estaba por salir del lugar en busca del jovencito, cuando escuchó una suave melodía ¿era una guitarra tal vez? Curioso, siguió el sonido hasta una pequeña sala, a través de la ventana que tenía la puerta vio a un chico de cabello oscuro, su perfil era lindo, y tocaba la guitarra a la vez que cantaba una canción en inglés que el ángel no conocía.

  Maravillado, entró a la pequeña sala, como estaba en su forma celestial el chico no lo vería. Caminó hasta estar sólo  un par de metros detrás del chico, su voz era un verdadero placer para sus oídos, en el cielo habían ángeles que cantaban hermoso pero nada se comparaba a lo que oía. Se desplazó un poco más, quería observar el rostro de aquel chico, se paró frente a él y abrió sus ojos anodadado junto a sus labios que quedaron entreabiertos, ¿de verdad habían seres humanos tan bellos en la tierra? Por que, en serio, que afortunada es la tierra de tener a éste chico. Jehyun se sentó en el suelo frente al chico, escuchando atentamente cada canción que el pelinegro cantó, no conocía ninguna pero no le importaba, sólo quería seguir deleitandose por aquella agradable voz.

🍒

   El joven cupido no sabe cuanto tiempo llevaba sentado y no era que le importara de todas formas, pero salió de su burbuja cuando escuchó pequeños golpes en la puerta.

── Rubin, ── era el profesor de música, un señor algo entrado en edad──hijo ya es tarde, ve a casa. ── le brindó una sonrisa tierna.

── Oh, lo siento señor Jeon, siempre se me pasa volando el tiempo cuando estoy aquí.── dijo avergonzado.

── No te preocupes, deja todo bien cerrado antes de irte y pasas a dejar la llave.── le recordó el profesor.

── Claro, lo haré.── respondió y el anciano sólo asintió y se retiró, cerrando la puerta tras de sí.

  Rubin, dijo bajito Jehyun para sí mismo, su nombre es Rubin, decía totalmente encantado. Seguía con sus ojos cada movimiento del chico, hasta lo acompaño a dejar la llave a la sala de profesores y luego a la salida del Liceo, camino detrás de él mirándolo sólo a él, ni cuenta se dio cuando ya habían llegado al hogar del joven. Lo vio entrar y cerrar la puerta, se quedó quieto, ahí, frente a la casa, agachó la mirada hacia sus manos que sostenían una de sus flechas especiales y volvió a mirar hacia la casa, y negó con su cabeza, no lo haría, no a él.