Prólogo.

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¿Por qué demonios todos los y las chicas tienen celular y yo no? O sea, no es que me importe mucho, pero no afecto a nadie teniendo uno (es broma, si me importa y mucho). Les he pedido a mis padres uno, pero siempre, siempre me lo niegan. ¿Una de sus razones? Pues...
"-Lo sentimos hijo, pero apenas si tenemos para sostener a esta familia y tú quieres algo que, quizás, ni ocupes para bien. Además, está comprobado que a través esos objetos lastiman y engañan a los chiquillos inocentes como tú" ¡Bah! Digo, si fuera eso, a estas alturas, no existirían niños, niñas y, mucho menos chicos como yo. Si yo tan sólo tuviera un celular, ¡Uf! Creo que ni yo me imagino cuantas cosas podría hacer con él. No sé... Tal vez programar un juego para mi, claro, tendría primero que pasar un estúpido curso de programación y de software para realizar ese sueño. <<Vamos Ángel... Tú y yo sabemos a la perfección que nunca terminarías tal cosa. Es más, ni siquiera lo empezarías>>. 

Mi voz interna tiene razón. La detesto. <<Ja. Lo sé. Yo también te quiero Ángel>> A veces desearía que no existiera esa voz diminuta adentro de mi. <<Sabes bien que no podrías sobrevivir sin mi grandísimo imbécil>> Mejor voy a dejar de pelear con mi voz interna y voy a continuar con mi labor de quejarme... ¿En qué iba? ¡Ah, si! Decía que ni siquiera yo me imaginaba lo que podría hacer con un celular. Y para conseguir uno, ya me dijeron mis padres que tengo dos opciones: O me pongo a trabajar, o me quedaré de por vida sin "actualizarme virtualmente hablando". Pues a ver que pasa. 

Lo han secuestrado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora