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-ˏ ˋ 13/07/2019  ˎ ˊ ˗ 

☆━〔02; 𝘋𝘦𝘴𝘦𝘰 𝘥𝘦 𝘥𝘰𝘴 ┊

El sol comenzaba a ocultarse, el pequeño vecindario con sus respectivos dueños de casa comenzaban a entrar, uno llegando de sus aturdidos trabajos, otros con sus hijos que tal vez acaban de llegar de una buena jugada en el parque, otros simplemente entraban después de hacer quién sabe que cosa. El país tricolor estaba colocando la basura en el contenedor de ese pequeño pero lindo vecindario suyo, las bolsas grandes y pesadas color negro que eran insertadas emitían un sonoro ruido de vidrios chocar y botellas; paso sus manos sobre su cintura, mirado lo que podía lograr ver de aquí atardecer, se quedó unos momentos observando cómo el cielo, de azul vivo, comenzaba a tornarse de una naranjada intenso, apenas lograba ver los pequeños rayos del sol apuntó de irse, logrando sentir un ambiente tranquilo, escuchando los coches pasar enfrente y algunas personas charlando detrás de él, miro nuevamente donde se supone debe de estar su hogar, las casas en ese lugar eran grandes, apenas y había en ese lugar como siete casas, blancas, negras u otro color obscuro, por parte del mexicano, su hogar era de un color llamativo, sin mencionar que tenía varias macetas fuera y colgadas, muy llamativas las flores, las paredes tenían decoraciones, y en los bordes de la puerta y ventanas tenían un delineó curveado, color amarillo, en su, su casa era muy rústico, era la única casa donde, a pesar de ser grande no era igual, era la casa que más detallaba, más viva y sin esos colores claros ni intensos, en si, su casa era una rústica de campo.

En la entrada de su casa, un canadiense lo estaba esperando, puesto a que comenzaba a tardar su pareja, una pequeña sonrisa pareció en el rostro del mexicano, encaminándose hacia el, agarrando su mano y adentrándose la casa, ambos quedaron centrados en el sofá, apagaron las luces y se acurrucaron el uno con el otro con una manta encima, abrazados y mirando la televisión.
Levemente sus manos pasaron a ser tomadas por el canadiense, siendo besados sus nudillos de forma suave, repartiendo besos por toda la mano, pasando a los cachetes tan suaves y lindos para pasar finalmente a sus labios delgados, ambos cerraron sus ojos, un pequeño beso tierno sin malas intenciones, sin ninguna intención enfermiza, el tricolor se separó de ese beso para verle de forma cariñosa, sonriendo gentilmente.

— Iré por atole honey. — Sus movimientos fueron tranquilos al momento de levantarse, últimamente en esos días, su querido canada había estado lo más cariñoso con el, más cercas, e incluido podría deducir que estaba apunto de mudarse con el, no sabía la razón por la cual el canadiense estaba tan apegado a el como una pequeña pulga, es decir, no se quejaba, pero estaba comenzando a hastiarle su muy cercanía, hace unos pocos días esa manera fue un conflicto al querer salir por unos momentos con sus hermanos, los intensos celos del amante de maple fueron la causa de no tener una agradable fiesta con ellos, sabía perfectamente que ese país era de tal forma cariñoso, gentil y servicial, pero no quería lograr imaginar que podría llegar a ser un país celoso, no de una forma exagerada, claro está.

Por parte del canadiense, el mismo observo cómo se fue su contrario, se reincorporó sobre el sofá y miro su celular, abrió especialmente un chat, empezando con una pequeña charla en lo que venía de vuelta México, tenía que pensar mejor las cosas, ordenar y ver el futuro de ambos, especialmente de el, mordió suavemente su pulgar, los mensajes empezaron a ser más largos, entre preguntas y obvias respuestas, dando por la conclusión de quedar en el país del canadiense, bloqueo su celular y una pequeña sonrío volvió a el, esperaba que su querido mexicano no se lo tomará mal, solo deseaba tanto su felicidad como la de su hermano, pero sin dañar su relación, estaba decidido.
Miro por donde el mexicano se fue, encontrándose con el mismo llegando con dos tazas, espero hasta su llegada a un lado suyo, observando cómo dejaba ambas tazas en la mesa de vidrio frente suya, acto seguido, paso a abrazarlo, brindándole todo el amor que sentía por el, un abrazo con cierta calidez, el mexicano se quedo sorprendido, nunca podría lograr imaginar que el amor del canadiense no tiene fondo.