único.

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lamento cualquier error.

Sus dedos estaban entrelazados.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó MinGyu completamente descolocado. WonWoo no era aficionado del contacto, ni siquiera con él: su mejor amigo. Eran contadas las veces que se había acercado a MinGyu con los brazos abiertos para un abrazo, por lo que ver su mano siendo acunada por este último fue tanto extraño como fascinante para ambos.

—Estoy tratando de tranquilizarte, naturalmente —respondió como si nada mientras seguía con la vista fija en su libro y con su otra mano pasaba página. Era cierto, MinGyu podría ser una ebullición andante si se estresaba. Afortunadamente siempre contaba con WonWoo, que le brindaba tranquilidad y podía apaciguar, pero era la primera vez que aquello ocurría.

Estaban en la biblioteca estudiando para los exámenes finales, MinGyu apenas si había dormido la noche anterior y había bebido una poco sana cantidad de café. Estaba ansioso, susceptible y muy estresado, no se había dado cuenta de que estaba temblando. Hacía días había empezado a hacerlo, de hecho, pero WonWoo no había visto remedio en decírselo. Sin embargo, al su amigo ser un terremoto justo a su lado izquierdo lo estaba distrayendo y no pudo hacer más que tomarle la mano temblorosa para pararla y tratar de continuar con su estudio.

Había logrado una de las dos cosas propuestas pues MinGyu siguió hablando y seguía desconcentrando a un igualmente estresado WonWoo.

—¿Por qué tienes que tomarme la mano, WonWoo? —el nombrado no pudo procesar muy bien la frase así que arrugó la nariz y sus lentes redondos se subieron un poco. MinGyu quiso reír de ternura pero sentía el corazón en la garganta, él en serio no podía ver qué tan mal le hacía aquello.

Porque absolutamente todos sabían que MinGyu estaba enamorado de WonWoo, excepto él.

—Estabas temblando —encogió los hombros al hablar e inmediatamente MinGyu dejó de sentir su toque. Ciertamente se había calmado pero ahora no podía entender nada de los apuntes que tenía al frente—. ¿Te molesta? —curioseó inocentemente.

Había una regla no escrita en su amistad que se había establecido como un elefante en un estanque sin que se dieran cuenta: sin toques innecesarios.

Nada de roces de brazos, nada de posar algún brazo relajado sobre los hombros del otro al caminar y definitivamente nada de tomarse de las manos. No había una razón específica, sólo que no parecía tener afán de ello y MinGyu le entendía y penosamente agradecía dicha actitud pues si WonWoo podía tenerlo a sus pies sin tocarlo, no quería imaginar qué ocurriría si de repente se veía envuelto en él, en sus grandes manos o en su varonil aroma y maldita sea, necesitaba memorizar sus apuntes y quizás...

—Necesito otro café.

—Ya tomaste suficientes, si tiemblas me pones nervioso.

—Entonces no deberías pasar tiempo conmigo en primer lugar.

Frustrado guardó todo en su mochila, el otro chico lo miró curioso y atribuyó su conducta a la cafeína pero no detuvo su acción. Él también estaba en finales, después de todo, y no tenía tiempo para consentir a MinGyu en alguno de sus caprichos o permitir que lo distrajera.

Aunque tenía que admitir que estaba algo confundido por el rumbo que tomó la situación, normalmente podían estar cada uno en lo suyo juntos, MinGyu no abusaba de su cuerpo como sospechaba había estado haciendo y él no tenía excusas para tocarlo. En general las cosas estaban fuera de su órbita y decidió dejar la conversación seria que tendrían para luego, cuando estuvieran relajados.

 En general las cosas estaban fuera de su órbita y decidió dejar la conversación seria que tendrían para luego, cuando estuvieran relajados

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MinGyu no podía relajarse si WonWoo lo seguía tocando injustificadamente. Al principio fue por sus manos temblorosas, luego pasó a sus brazos, que tenía que aprisionar para calmarlos. Pasaba con frecuencia ahora y MingGyu no estaba seguro que fuera por el café, juraba no haber tenido una taza en días, pero ahora su cercanía lo ponía expectante y su cuerpo se anticipaba a su toque sin permiso.

—¿Qué es lo que te pasa, Min? —preguntó una tarde en la sala de casa de MinGyu, habían culminado el semestre, no tenían ningún tipo de presión ahora y a WonWoo no se le ocurrió otro momento para preguntar aquello sino cuando lo tenía entre sus brazos y sentía al menos el cincuenta por ciento de su sangre en la cara.

Lo cierto era que WonWoo empezaba a sentir como una necesidad la cercanía de MinGyu, quien estaba demasiado nervioso para registrar que llevaba más de una semana sin estrés. Además del hecho que secretamente le gustaba verlo sonrojado; era tan lindo.

—Has estado extraño —continuó. El chico en sus brazos soltó una risita nerviosa.

—Sí, bueno, tú también —se sacudió del otro, poniendo distancia. WonWoo frunció las cejas.

—No me estás respondiendo —exhaló.

—No puedes estar a cada rato sosteniendo mis manos o abrazándome, WonWoo.

—Es raro, ¿verdad? —rascaba su nuca, se veía avergonzado y algo dolido. MinGyu sintió la garganta seca, era tan guapo y lento.

—Me gusta —WonWoo sonrió hasta que siguió hablando, hiriéndolo—. Así que deja de hacerlo, por favor.

—¿Qué...?

—Me gustas —dijo bruscamente, como una maldición. En determinado sentido lo era—. Deja de hacerlo —WonWoo quedó pasmado y con la boca ligeramente abierta a mitad de frase.

Tres parpadeos, ninguna respuesta.

De pronto MinGyu sintió ganas de llorar, era una patética confesión que ciertamente ninguno esperaba. Desvió la mirada cuando WonWoo comenzó a acercarse, lo último que se esperaba era sentir sus labios presionando los propios, pero eso fue justo lo que pasó.

Se sintió como una eternidad y aun así no quería que acabase.

—Tu labio estaba temblando —se excusó el más delgado, sin ganas ni necesidad. Vio una sonrisa traviesa bailando en sus bonitos ojos rasgados antes de sentir la presión de nuevo y un movimiento suave; cariñoso, fue correspondido de inmediato con ganas.

MinGyu estaba seguro de haber escuchado un «también me gustas, Min» entre besos, y no sabría decir cuál de las dos cosas fue la que le hizo temblar las piernas, pero apostaba a que saldría de la duda pronto.





espero hayan disfrutado de la lectura

subenny.

shaking love.      °'meanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora