La narración no pertenece a ningún fic. Solo quise escribir este pedazo y no quería dejarlo al aire.
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Lo mire con rencor, sabía que todo este tiempo fui una pieza más en su tablero de ajedrez pero quise engañarme y pensar que el cariño que mostraba era autentico ¿cómo pude ser tan estúpida? Me perdí en sus caricias y besos, en los momentos donde me abrazo y juro que me iba a proteger con su vida. Sí, le creía al criminal más buscado de Japón, aquel que en una noche lluviosa se tropezó conmigo, cuando nuestras miradas se cruzaron y sentí que la respiración se cortaba con tan solo ver su sonrisa.
Le creí cuando me abrazo esa tarde manchada de carmesí, sus manos llenas de sangre de aquel hombre que me dio pateo y grito que la puta de Taisho era su rehén. Vi como entro, me cubrió con su chaqueta para que no observara el acto que haría sobre el hombre de cicatriz de araña en su mano.
Le creí cuando me dio un beso, sus labios fueron gentiles y tiernos.
Le creí esta noche cuando me tomo de la mano y me condujo hasta la entrada del salón.
Y quiero seguir creyéndole pero sé que todo término, el pasado no volverá y solo importa lo que está sucediendo ahora. Sé que lo que dijo esa chica es verdad, solo soy una del montón que satisface sexualmente al gran Taisho, que mi presencia en sí no es importante en su vida y que al final me abandonara. Y sé que Sesshomaru me dijo la verdad al contarme el verdadero objetivo de Inuyasha y el por qué asistimos a esta banquete.
-Kagome. —Susurró y quiso acercarse, levante mi mano para que se detuviera. —Por favor, deja que te explique.
-¿Qué dirás? ¿Cómo planeaste nuestro encuentro?—Mi garganta tiene ese nudo horrible pero me niego a mostrarle cuanto me afecta todo. —Dime, ¿me dirás que nuestro primer beso estaba en tus planes? ¡¿Qué mi papá siempre fue tu objetivo y yo solo una herramienta a la cual dejaras rota después?! ¡Dime!
El de cabello negro cerró sus puños. —Eso fue antes. Por favor, créeme.
-¿Me mentiras en mi cara? ¿En serio?—Mordí i labio inferior, quiero huir tan lejos que mi cuerpo se inclina un poco a mi derecha, lista para correr. —Hoy estas aquí para matar a tu objetivo. Mi padre.
-No, no. —Se agarró el cabello con frustración. —Escúchame, no sabía que tu padre está aquí y... Kagome, no te vayas.
-Eres un hipócrita. —Lo apunte, mis lágrimas ya resbalan por mis mejillas. Me siento una perdedora. —T-Tú sabias todo ¡Te dije todo!
-Bien, puedes golpearme pero vamos adentro. —Extendió su mano. —Vamos, solo necesitas un poco de agua y.
