"Por favor" CAMREN G!P.

Cap 44

Narra Lauren.

Me estaba secando el cabello mientras le enviaba a Camila un mensaje, diciéndole que en diez minutos pasaba por ella. Ya eran las seis de la tarde.

La noche anterior nos habíamos confesado muchas cosas y me sentía feliz al saber ella quiere volver a intentarlo. Nos habíamos quedado abrazadas por una hora, sin hablar, simplemente sintiendo el calor de la otra.

Se sentía como en los viejos tiempos.

Me miré por ultima vez al espejo, asegurándome de esta presentable para la cita de hoy. Tenía que salir todo bien.

Me sentí completamente nerviosa cuando estuve frente a su puerta. Recordé la primera vez que habíamos salido y los nervios eran incluso más fuertes en este momento. Era todo o nada.

Me armé de valor y toqué dos veces la puerta. 

-Hola-sonrió.

Se veía hermosa. Tenía puesto unos Jeans negros junto a una chaqueta del mismo color.

-Se supone que la que viste de negro soy yo-le sonreí antes de besar su mejilla.

-Hace bien cambiar de vez en cuando-me guiñó antes de cerrar la puerta-te ves guapa-me miró de pies a cabeza.

-Gracias, tú también-aparté un mechón que caía por su frente.

-Gracias-sus mejillas se sonrojaron.

-¿A dónde me llevaras, Jauregui?-preguntó apenas tomé su mano. Nuestros dedos estaban entrelazados y se sentía increíble.

-Creí que tú nos llevarías algún lugar-solté una pequeña risa.

-Entonces no tengo idea donde iremos-rió.

-Sé donde llevarte-cuando entramos al ascensor la abracé por los hombros y dejé un pequeño beso en su frente.

-¿Dónde?-alzó su cabeza para mirarme. Moría por besarla, pero sabía que eso arruinaría las cosas. Aún no era el momento. 

-Primero iremos al cine.

-Buena idea-asintió antes de alejarse de mí para bajar del ascensor.

Fuimos en mi auto. El camino al cine fue silencioso entre ambas, solamente sonaba la música de la radio. No era incómodo pero se sentí extraño.

-¿Qué película quieres ver?

-Cualquiera que no sea de miedo-negó de forma exagerada causándome gracia.

-¿Qué te parece esa?-apunté hacia Aladdin. 

-Sí-sonrió en aprobación.

Compré un paquete de cabritas, el cual era bastante grande como para comer ambas, dos bebidas y un chocolate para Camila. Le gustaba ver películas comiendo chocolate. Nos sentamos en la ultima fila y pude notar que no había mucha gente, solo cuatro personas más aparte de nosotras.

La película iba por la mitad cuando sentí la mano de Camila tomar la mía, la cual estaba en mi muslo derecho. La miré pero ella tenía su ojos puestos en la película. Comencé acariciar el dorso de su mano sintiendo como su piel seguía igual de suave pero fría.

Solté su mano de inmediato volteo a mirarme. Me saqué la chaqueta y bajo su atenta mirada la coloqué en su espalda.

-Gracias-susurró para darme una suave sonrisa.

-De nada-me incliné para besar su mejilla.

Volví a tomar su mano pero esta vez entrelacé nuestros dedos para luego guiarla hacia mis labios y dejar un beso en el dorso de esta. Podía sentir sus ojos en mí. Voltee a mirarla y sin darle tiempo me incliné hacia sus labios pero rápidamente la volteó dejando que mis labios se posaran en su mejilla.

-Eres mala-dejé un beso en su cuello antes de esconder mi cara en él.

-No beso en la primera cita-susurró antes de besar mi mejilla.

-Haz una excepción.

-Tendría que pensarlo-comenzó acariciar mi cabello. Sabía que todo lo hacía para torturarme.

-Pensar mucho arruina las cosas-levanté mi cabeza para mirarla.

-Tendrás que ganarte un beso mío, Jauregui-miró mis labios.

-Dime que hacer, entonces-me volví a inclinar dejando nuestras frentes juntas. Comencé acariciar mi nariz con la suya sintiendo como suspiraba.

-Sé que quieres, Cariño-rocé nuestros labios.

-¿Por qué no puedo resistirme a ti?-susurró antes de juntar nuestros labios.

Llevé mi mano hacia su mejilla y la acerqué más a mí. Sus labios me besaban de forma necesitada la igual que los míos. Habían sido tres meses en los cuales no había podido besarla. El deseo aumentaba a cada segundo. Nos necesitábamos y ambas lo sabíamos.

-Lauren-susurró con deseo. No podíamos hablar más fuerte o se voltearían a mirarnos.

Mi mano comenzó a bajar por sus hombros hasta llegar a su cintura. La apreté provocando un pequeño gemido que impacto en mis labios. 

-Ven-murmuré sobre sus labios intentando levantarla para que se sentara en mis piernas.

-Nos pueden ver.

-Si sigues hablando nos verán. Sólo ven-volví a insistir. Esta vez lo hizo, se levantó y se sentó en mis piernas. Llevé mi mano a su trasero y lo apreté.

-Lauren-gruñó en advertencia.

-Déjate llevar-mordí su labio inferior.

-Esto no terminará bien-susurró mientras yo comenzaba a besar su cuello.

-Terminará perfecto.

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