—Capítulo 4: El viaje desde el andén nueve y tres cuartos —volvió a leer Will.
—¿Como que nueve y tres cuartos? —preguntó Annabeth con el ceño fruncido.
—No existen andenes así —dijo Atenea.
—Querrás decir que no existen andenes que conozcas —corrigió Percy con cierta gracia.
Le parecía divertido saber más sobre el mundo mágico que la misma Atenea.
La diosa de la sabiduría murmuró algo pero se quedó callada, esperando a seguir con la lectura.
Percy se había pasado el último mes en la casa que tenía con su madre en Londres. Lo que más hacia aparte de hojear los libros y los materiales para ir a Hogwarts (que por supuesto, Sally había hechizado para que pudiera leerlos), era intentar socializar un poco con Elektra, si, su lechuza.
- Ppfff, seguro que no fue bien - dijo Leo con gracia.
- Fue horrible - asintió Percy, haciendo reír a algunos.
El animal parecía odiarla con todo su ser. Cada vez que intentaba darle algo de comer o abrirle la jaula para que saliera un rato y poder volar, la lechuza se mantenía lo más alejada posible. Eso sin contar la de picotazos que Percy recibía a cambio.
- Uuhh, que lechuza más desagradecida - dijo Fred.
- ¿Quién no querría una lechuza como esa? - le siguió George con sarcasmo.
Incluso una vez, Percy estuvo dispuesta a mejorar su relación con la lechuza. Si iba a ser su mascota y mensajera, no podían llevarse así de mal. Así que cogió un buen paquete lleno de Knuts y los colocó en un bol en el suelo, después le abrió la jaula y se sentó junto a la comida, esperando a que el animal se acercase y comiera ella estando a su lado.
- ¿Funcionó? - preguntó Nico divertido.
- ¿Tú que crees? - dijo con gesto frustrado.
Al final, Percy terminó con el bol en la cabeza y todas las knuts repartidas por la habitación. Elektra había salido de su jaula para lanzarle la comida encima y después volver a entrar, esperando a que le cerrara la puerta de nuevo.
—¿Es una broma? ¿Era necesario? —Percy dijo soltando un bufido exasperado. La lechuza parecía querer reírse de ella.
Cas todos se riéron de una Percy sonrojada.
- Esa fue la última vez que he intentado hacer algo para caerle bien. Pillé la indirecta - dijo con desgana.
Poseidón miró con una sonrisa apenada a su hija, mientras que Atenea sonreía orgullosa.
Otra cosa que Percy había echo para matar el tiempo, era entrenar con su espada. No se olvidaba que Luke seguía fuera y debían detener a Cronos, por lo que se rehusaba a perder práctica.
Los semidioses asintieron, de acuerdo con ella.
- Muy bien, nunca hay que vajar la guardia - dijo Clarisse.
- No podía olvidarme de eso, era demasiado importante. Debía detener a Luke - dijo Percy, mirando dereojo al aludido.
El último día de Agosto, Percy bajó a hablar con su madre sobre el viaje del día siguiente, así que bajó por las escaleras, encontrándose a su madre viendo la televisión.
—Mamá —llamó su atención.
Sally apagó la televisión para prestarle atención a Percy.
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Percy Jackson y La Piedra Filosofal
RandomSegundo libro de la saga "Persephone Jackson en Hogwarts". En este encuentro se empezará a narrar la vida de Percy en el mundo mágico desde su punto de vista. Mucho drama, romanticismo, aventura y acción reparará en esta lectura. Habrán secretos des...