V

30 5 3
                                    

-Narra Sofía-

¿Qué demonios...?

Se separó de mi boca, mordiéndome antes de separarse por completo.

-¿Qué te sucede?-le dije, un poco agitada. Tenía que aceptar que quería más.

-Lo lamento, fue un impulso.

-Cre-creo que es hora de que te vayas.

-Sofía, lo lamento. No... no volverá a pasar.

Ahg. Tampoco quería eso.

Ya Iván se estaba preparando para irse. Tenía que hacer algo, Dios, me encantaba.

Me levanté de la silla y me acerqué a él.

-Iván...

Él se giró y me miró.

Cuando tomé el coraje para hacerlo, me acerqué a él, me puse de puntillas y lo besé.

El me respondió el beso de inmediato. Dios, que genial sabía su boca.

El me tomó en sus brazos, me alzó y me colocó en la mesa.

Empezó a besar mi cuello y, ahí, se activaron todas mis alarmas.

No puedo hacer esto... tengo menos de veinticuatro horas de conocerlo.

Pero era muy difícil contenerme.

Iván no desaprovechó, y me quitó la blusa, besando toda la zona de mi escote.

Solté un gemido en contra de mi voluntad.

Dios, ¿por qué me niego esto?

-Me encantas... pero, no. Hoy no.

Dijo eso y, al segundo, ya no estaba.

¿A qué estás jugando, Iván?

Contigo Por SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora